Conoce cuáles son las señales de que el amor se apaga
Cuando nos sentimos atraídos por alguien, nos entregamos por completo y hacemos cosas que no pensamos que podríamos hacer por otra persona.
Pero cuando el enamoramiento comienza a acabarse, no es sencillo que nos demos cuenta de ello.
A veces estamos con alguien por costumbre más que por un sentimiento de amor verdadero. Y es que la vida cotidiana muchas veces nos aleja de nuestros sinceros sentimientos.
Sin embargo, existen algunos signos que nos muestran que estamos dejando de amar a nuestra pareja.
¿Cómo identificar estos signos?
La página argentina Naxio publicó una lista de señales para ayudarnos a darnos cuenta de lo que muchas veces no queremos aceptar, pero que el corazón nos va mostrando de manera diaria.
1.- No es la persona con que proyectamos nuestros planes futuros
Es triste, pero cuando ensoñamos planes para nuestro futuro y sentimos que van mejor sin nuestra pareja, entonces debemos cuestionarnos nuestra relación, o por lo menos su presente.
Y es que cuando estamos en el furor del amor, queremos hacer todo con esa persona amada.
Ciertamente, la pareja empieza a dejar de ser protagonista de nuestros planes cuando el amor por ella comienza esfumarse.
2.- “Un día más”: el aburrimiento de la costumbre
Cuando despiertas por la mañana y ya no sientes las mismas cosas que sentías antes. No le entregas señales de amor, sino que sólo piensas “otra jornada más”.
Se pierde la pasión y se cae en el desgano de la costumbre. Esto tendría que hacernos preguntar ¿Cómo podemos revitalizar nuestra relación?
Esta señal debería advertirnos que la llama del amor se está apagando.
3.-“Mejor solos que mal acompañados”
Una cosa es disfrutar nuestra soledad, de manera sana. Estando bien con nosotros mismos y teniendo una saludable relación con nuestro tiempo. Sin embargo, cuando ese bienestar se ve radicalmente interrumpido por nuestra pareja, es un claro signo de que las cosas no andan bien.
Ya no nos alegramos cuando la otra persona llega a la casa, sino que nuestro humor se arruina. Tampoco extrañamos a nuestro compañero o compañera, sino que nos aliviamos de que no esté con nosotros.
4.–Citas románticas
Ya no disfrutas de esa cita que antes nos provocaba felicidad, ansiedad, nervios. No hay ningún tema en común del cual conversar e incluso sentimos aburrimiento en esos momentos que antes eran únicos.
5.-Un futuro en soledad
Tus momentos de felicidad no son los que pasan juntos. Empezamos a buscar otros rumbos y, justamente, al alejarnos de esa persona nos sentimos cada vez mejor, más vitales, más cercanos a nuestra propia esencia.
6.- No piensas en tu pareja
Más allá del bien y el mal, la otra persona ya no ocupa tus pensamientos, tus ensoñaciones. Lo que le pasa a tu pareja deja de preocuparte y llega un punto en que deja de ser tema lo que le pase.
Muchas veces sentimos culpa por esto y pensamos que “somos malas personas”, sin embargo hay que tener claro que en cosas del corazón no hay sentimientos buenos o malos, sino más bien sinceros o forzados.
7.- No sientes nada especial al alejarte
Por lo general, cuando nos alejamos de nuestra pareja sentimos un sentimiento de melancolía. Esto nos puede indicar que tenemos un vínculo emocional especial con esa persona, la cual, al alejarse, nos hace evocarla.
Pero cuando no sentimos nada al alejarnos, deberíamos preguntarnos cuán importante es esa persona para nosotros.
Cuando tu pareja se va por unos días, le dices adiós y no sientes que lo extrañas. Es más, te quedas igual que siempre e incluso piensas “qué bueno, se ha ido por unos días”.
Entonces las cosas deben replantearse.
8.- Un nuevo amor aparece
Como ya no sientes nada por esa persona que antes amabas, comienzas a buscar nuevas amistades, nuevas personas y es probable que en esa dinámica conozcas un nuevo amor.
En ese momento tenemos que preguntarnos ¿Está mal? Muchas veces la culpa nos juega una mala pasada y no nos deja conectarnos con nuestros sinceros sentimientos.
Por lo mismo, es necesario ser sinceros y valientes con lo que sentimos, y siempre seguir adelante de acuerdo a lo que realmente queremos. Tanto por nuestro bienestar, como por el de la otra persona.
Ya que nadie se merece estar con alguien que no le ama de manera sincera.