Peligros escondidos

Cómo la contaminación altera el cerebro de los niños

Científicos aseguran que la exposición a los hidrocarburos contaminantes puede producir trastornos por déficit de atención e hiperactividad en niños.

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Redacción ElNueve.com
22 de junio de 2017 | 15:20

El desarrollo saludable del ser humano depende de múltiples factores y los años de infancia son claves para la salud por muchas razones.

Así lo reafirma un estudio reciente del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), que revela que la exposición continua a los hidrocarburos policíclicos aromáticos (HPA), incluso en niveles inferiores a los límites establecidos por la Unión Europea, durante la preadolescencia, se asocia con cambios en el núcleo caudado del cerebro.

La investigación ha sido publicada en la revista Environment International y se centra en estas sustancias, HPA, muy presentes en las ciudades actuales a causa del tráfico.

Los HPA son contaminantes del aire que proceden de la combustión incompleta de materia orgánica, sobre todo de combustibles fósiles como el petróleo, de la biomasa y de otras fuentes, como el humo del tabaco, la cocina a la brasa y los asados. Sin embargo, la fuente principal de emisión de estas sustancias son los vehículos.

En investigaciones previas, estos compuestos se habían relacionado con trastornos por déficit de la atención e hiperactividad (TDAH) en niños que habían estado expuestos a los HPA en la fase prenatal.

Investiga los efectos que la exposición a los HPA puede tener sobre el volumen de los ganglios basales infantiles y su posible relación con el TDAH. Ya se había observado en otros estudios que la estructura cerebral de los niños y niñas afectados de hiperactividad presentaba un volumen reducido.

Todo parece indicar, en opinión de Marion Mortamais, investigadora de ISGlobal y autora principal del estudio, que la inhalación de HPA, especialmente benzopireno, influye en la reducción del volumen del núcleo caudado.

Pero según declaró Marion Mortamais a la agencia SINC, "en cualquier caso, dada la implicación del núcleo caudado en muchos procesos cognitivos y de comportamiento cruciales, la reducción de su volumen resulta preocupante para el neurodesarrollo infantil".

El núcleo caudado participa en el control del movimiento voluntario y, se ha demostrado que está altamente involucrado en el aprendizaje y la memoria, en particular en materia de tratamiento de retroalimentación

Para Jordi Sunyer, jefe del programa de Salud Infantil de ISGlobal y catedrático de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), "estos resultados se suman a las abundantes pruebas científicas que subraya la necesidad urgente de reducir la contaminación atmosférica, en particular la procedente del tráfico, y sugieren la conveniencia de reevaluar los máximos anuales que establece la normativa europea".

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