Su DNI dice Susana Contreras, pero ella se presenta al mundo como Thubten Kundrol y es monje budista tibetana. A los 17 años se fue de Mendoza buscando su destino y lo encontró abrazando el budismo tibetano.
El budismo tibetano se desarrolló en los Himalayas y es conocido como lamaísmo, budismo vajrayāna o budismo tántrico. Esta forma de budismo es seguida por el 6 % de todos los budistas, siendo una de las escuelas budistas más practicadas y una de las mejor conocidas en Occidente.
El budismo tibetano o lamaísta es mayoritario en dos países soberanos; Bután y Mongolia. Esta forma de budismo es la religión predominante de los pueblos mongoles y tibetanos, todos los cuales reconocen al Dalái Lama como Bodhisattva y por tanto lo respetan como un alto maestro espiritual, si bien cada una de las escuelas tiene una jerarquía distinta y un sistema propio de enseñanza. En la clásica división del budismo entre monjes y laicos, los lamas tibetanos suponen una figura con relevancia no solo religiosa sino que fueron centro de la vida social y económica de Tíbet.
Thubten Kundrol siempre buscó el camino mediante la religión. Cuando era chica, según su relato, encontró una imagen de una monja católica y supo que eso era lo que quería. Pero el catolicismo no le daba las respuestas que sí descubrió gracias al budismo.
}En esta nota, ella además habla de renuncias, felicidad, lo difícil que es vivir el budismo en Mendoza y el deseo de construir un monasterio budista en nuestra provincia: