Psicología

Bullying: Todos podemos hacer algo

Los casos de violencia escolar con las más preocupantes situaciones parecieran poblar los medios. Una de las razones que generan este tipo de circunstancias límites es el bullying. Un lugar común que nos interpela a cada quien, para ser parte de un cambio necesario.

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Redacción ElNueve.com
7 de junio de 2022 | 21:53

No se trata de la noticia del día. Tampoco algo que se pone “en agenda” de los medios para luego adormilarse con la catarata de noticias con las que nos despertamos a diario. El bullying no descansa, no mide ni cesa. Un caso de violencia extrema (masacre de Texas) puede ponerlo nuevamente a la luz más que nunca (entendiendo que no todo tipo de acto de esta índole se vincula siempre al bullying) pero sus peligrosidad radica en los tentáculos que se extienden desde el hogar (padres ausentes, o que de alguna forma que avalan o replican ese maltrato, o simplemente desconocen por lo que pasa su hijo/a), escuelas como lugar de encuentro académico en donde fuera de la protección parental el hostigador, hostiga, mientras otros observan silentes, y la víctima sufre desde todo punto de vista. Ni hablar de las redes ese mundo con el que las generaciones nuevas nacieron y tienen como lengua materna, y como el lugar ideal de indefensión para atacar…Todo apabulla, todo asombra y nada cesa.

O al menos parecería, porque del otro lado hay docentes, madres, padres, amigos, compañeros o simples conocidos que no miran a otro lado, que están atentos y se involucra…y Allí…la posibilidad de poder modificar de alguna manera esa palabra tan fuerte y presente aún en la vida de niños, adolescentes y hasta adultos.

Como bien precisa la psicopedagoga María Zysman (Directora de Libres de Bullying) “siempre hablamos de que el bullying es multicausal en el sentido de que los chicos se vinculan y van a la escuela a aprender a estar juntos, y a veces, por determinados motivos algunos empiezan a encontrar éxito a partir de la humillación de un par. En lugar de valorarse y recibirse hospitalarios y amorosos comienzan a mandarse mensajes que descalifican, dejando al niño agredido sin herramientas frente a la vida".

- ¿Por dónde pasan las agresiones?

Por lo simbólico, les dicen “estamos mejor sin vos”, “deberías estar afuera de esto”, etc. Todo esto es generado por un lado por aspectos individuales de los chicos, pero a su vez es sostenido porque a su vez los demás se ríen, festejan o celebran o no saben cómo pedir ayuda.

- ¿Y dónde radica la clave para que pueda darse?

Hay que trabajar los adultos con los chicos, en hablar en cuanto lo que está bien o mal en relación a su autocuidado. Ningún chico puede ser feliz, si en un aula hay un compañero o compañera que la pasa mal. Y aunque en apariencia se divierta y ría, en el fondo no es feliz viendo cómo alguien es maltratado. Por eso es importante desde que son chicos estar atentos, ya que traen mandatos y modelos desde casa, que muchas veces se naturalizan o se dejan pasar porque ‘la vida es así’, o los adultos se dicen ‘ya va a cambiar’. Para prevenir, hay que tener esto muy claro y no naturalizar comportamientos. Como adultos hay que mostrarles desde muy chiquitos modelos de acercamiento del otro de verdad inclusivos, sin etiquetas, prejuicios o falsas ideas previas. Cada quien desde su lugar puede hacer mucho a la hora de no mirar para un costado y estar atento

- ¿Qué implica que un chico lleve cualquier tipo de arma al colegio?

Esto es un tema serio y grave. Habría que ir revisando qué fue diciendo antes de ir con un cuchillo, no para avalarlo, sino para prevenir, ocuparnos, intervenir y estar presentes, desde todo lugar: como son el hogar, la escuela.

La profesional dialogó con el equipo de Cada Día. ¡Mirá la entrevista!

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