Gwilym Pugh tenía 21 años cuando protagonizó una radical transformación de su figura, con la modificación de simples hábitos, y ahora triunfa en el mundo del modelaje.
En ese momendo, Pugh ya había creado su propia compañía de seguros en una habitación de su casa, y aunque no le iba mal, sufría sobrepeso y continuas lesiones derivadas de sus malos hábitos. Pesaba 127 kilos: “Entonces tenía mucho sobrepeso, trabajaba 12 horas al día, y tenía bastantes lesiones, con lo que no podía entrenar”, comentaba al diario Daily Mail.
Un día su estilista le sugirió que se dejara barba, que ese look pegaba mucho con la banda de folk que acababa de armar con sus amigos, y con ese cambio su vida dio un vuelco. Junto a la barba, se puso a dieta, comenzó a hacer deporte, y se abrió una cuenta de Instagram.
“El negocio iba bien, pero decidí que tenía que arreglar mi vida y recuperar la salud”, así que dejó de lado su vida sedentaria, y adelgazó 40 kilos en 5 años. “Fue lo mejor para mi salud, ya que dejé de estar sentado entre 9 y 10 horas diarias”.
Pugh dejó de pedir comida chatarra a domicilio, se apuntó al gimnasio y tomó clases de guitarra. Todo lo llevó a bajar 45 kilos.
Todo el cambió lo documentó a través de su cuenta de Instagram, y fue de esta forma que el sastre galés Nathan Palmer lo decidió ficharlo como modelo. Ahora, con más de 250 mil seguidores, forma parte de la agencia Londres AMCK, es embajador de House 99 (marca de cosméticos de David Beckham) y ha trabajado en campañas de varias marcas prestigiosas como Vans o Diesel.
Pugh asegura que su cambio no es solo físico, también es espiritual. "No me propuse hacer lo que estoy haciendo actualmente, pero a medida que aprendes y creces te vuelves más abierto y seguro para reconocer y aceptar oportunidades a medida que se presentan", escribió el joven junto a otra foto, de un antes y un después, que compartió en la red social.