Estados Unidos

Una joven se arrancó los ojos por su adicción a la metanfetamina

La chica de 20 años estaba bajo los efectos de la droga y no pudo controlar sus impulsos más primitivos.

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Redacción ElNueve.com
2 de junio de 2018 | 13:18

Una joven de 20 años experimentó un ataque de alucinaciones que la colocaron frente a la muerte. Al estar drogada, no pudo controlar sus impulsos y se arrancó los ojos con las manos. Ahora, Kaylee Muthart se encuentra “limpia”, como dice ella, de sustancias.

El punto de quiebre fue dramático. Sucedió en la mañana del pasado 6 de febrero frente a una iglesia de Anderson, Carolina del Sur, donde vive. En un ataque psicótico y de alucinación, luego de haber consumido una cantidad no determinada de metanfetamina, Kaylee se sacó sus ojos sin pensarlo.

Horas antes había discutido ferozmente con su madre, quien le dijo que ingresaría a un centro de rehabilitación para curar la adicción que la estaba matando.

La joven fue de inmediato trasladada al hospital Greenville Memorial. Allí, no pudieron hacer nada para salvar su vista. Permaneció en unidad de terapia intensiva unos días y un mes más para su recuperación. Al salir tomó conciencia de que debía hacer un cambio profundo en su vida, de lo contrario no se prolongaría mucho más.

"Me siento como una persona. Me siento yo misma, no siento como que esté persiguiendo algo. Se siente, realmente, muy bien. De la forma en que funcionó es la forma en que Dios hizo que funcionase, es así… pero prefería que sucediera, más que estar atrapada en ese mundo", dijo la joven en una entrevista concedida a la revista People.

Al salir de la internación, Kaylee regresó a casa de su madre, quien la acogió con un amor único, sabiendo que debía comenzar con su hija una nueva vida. No sólo la recuperación a su terrible adicción, sino en el proceso de acostumbrase a su situación.

Fue por eso que debió comenzar un entrenamiento intensivo de movilidad y orientación, básico para poder trasladarse en un principio dentro de su hogar y luego en la vía pública. La fortaleza de Kaylee fue sorprendente: soportó estoicamente la tristeza de saber que nunca más iba a poder ver y no tuvo recaídas en su adicción.

"Soy una persona muy optimista", asegura muchacha, quien además reconoce que la fe en Dios la ayudó en el momento más crítico de su corta vida.

Kaylee recuerda sus días más oscuros"Las personas que realmente consumen drogas comprenderán que éstas son capaces de hacer las cosas que me hicieron a mí. Compartir mi historia podría hacer que se den cuenta de eso, o podría alentarlos a detenerse".

"No se puede caminar por la vida pensando que nunca va a haber dolor. Esa vida es solo un gran campo de batalla. Tienes que luchar por ti mismo, nadie más va a pelear por ti en la forma en que pelearías por ti mismo", agregó.

Fuente: Infobae

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