Sexualidad/Vida Sana

Adicción al sexo: el enemigo interior

Una ex participante del reality de “Gran Hermano” confesó su adicción al sexo. Una oportunidad para hablar del tema con empatía, sin prejuicios, y sobre todo, entendiendo el riesgo que conllevan las adicciones en general. Miradas profesionales sobre el tema.

Por
Perfil autor
Redacción ElNueve.com
29 de noviembre de 2022 | 23:30

Si hay algo que tienen los realities es que desnudan la crudeza de diversas problemáticas de manera descarnada, tanto de quienes los protagonizan, como de quienes, desde el otro lado de la pantalla, se regodean mirando por el agujero de la cerradura (metafóricamente hablando) desde otro lado de la tele. Pero claro, en estos formatos más allá de lo mediático, las luces, el show y las cámaras hay nada más y nada menos que personas. Personas de carne y hueso, con historias de vida más o menos difíciles, con traumas o sin ellos, con luchas diarias que desconocemos, y variados valores y objetivos.

Una de esas “crudezas” que se vio expuesta en el famoso reality fue el mundo de las adicciones. En este sentido, es que se puso en el tapete un tema nada menor, pero lamentablemente tomado a broma y sin empatía:  la adicción al sexo.

Una verdad dura que develó Lucila (La Tora) Villar, ex participante de Gran Hermano 2022. La joven recientemente salida del reality visitó el programa de Andy Kusnetzoff y habló de sus problemas. La joven confesó en vivo qué fue lo que reveló en el casting para entrar a la casa más famosa, ciclo que conduce Santiago del Moro: “Por eso no tengo pareja”, comenzó admitiendo la quinta eliminada de la casa, por sus dificultades para mantener la fidelidad. Fue allí cuando la joven explicó que entre sus 16 y 23 años fue adicta al sexo: “Tengo adicción al sexo. No sé decir que no. Si bien elijo, obviamente. Es compulsivo, no tenés la posibilidad de decir que no y era jueves, viernes, sábado, domingo. Capaz que en la semana”, dijo.

Además, agregó que su mayor problema era cuando salía a los boliches: “Cuando salgo a bailar, tomo alcohol, estoy en la barra y quiero una presa. O sea… quiero a alguien”, se sinceró.

La Tora aseguró ya estar bajo control de sus impulsos y adicciones, ya que además de ser adicta al sexo reconoció que tuvo un consumo conflictivo de drogas, y alcohol: “Por eso hace tres años que me aferré mucho al gimnasio y la fe. Entonces, dejé de salir a bailar y un montón de cosas para no mandármela. Porque mis domingos eran dominguicidios (sic). Viernes, sábado y domingo estaba en una con tipos distintos”, y afirmó que se sentía avergonzada: “La paso mal, porque al otro día me arrepiento. Una se siente sucia”.

Más allá del caso puntual de la ex participante, las adicciones colocan a la persona en un estado de vulnerabilidad y descontrol desmesurado, muy lejos del placer y abrazado a la angustia, el sufrimiento y la dependencia.

Algunas de las causas 

La adicción al sexo se da a partir de distintos factores, por ejemplo:

Biológicos

Puede haber una desregulación de los químicos del cerebro o las hormonas que afectan la libido, e incrementan el comportamiento impulsivo. De la misma forma, los factores genéticos también juegan un rol, al asociarse a rasgos como búsqueda de sensaciones y desregulación emocional.

 Psicológicos

Las experiencias tempranas relacionadas a la sexualidad también pueden tener un impacto. Por ejemplo, experiencias de abuso o exposición a contenido sexual. De la misma forma, los trastornos mentales como depresión, ansiedad, bipolaridad o trastornos de personalidad pueden coexistir con este problema. Así también, algunas personas recurren a este tipo de conductas para entumecer las emociones negativas.

 

¿De qué hablamos cuando hablamos de “adicción”?

Se define la adicción al sexo como cualquier actividad sexual que se sienta fuera de control. En ocasiones se refiere a las relaciones sexuales en pareja, pero también puede referirse a actividades como masturbación, mirar pornografía o tener cibersexo.

Si bien estas actividades pueden ser parte de la vida sexual de muchas personas, y no causarles problemas “hablamos de una adicción cuando se dan con tal frecuencia o intensidad que impactan la vida de la persona de manera significativa. Así, esta adicción se caracteriza por una falta de control con respecto a estas conductas a pesar del impacto negativo en las relaciones, finanzas y vida profesional”, argumentó el sexólogo y psicólogo Germán Gregorio Morassutti.

 “La adicción al sexo es un comportamiento irrefrenable, repetitivo, con culpa y sensación de vacío una vez que se ha conseguido bajar la tensión sexual”, definió en diversos papers el médico psiquiatra y sexólogo Walter Ghedin.

Uno de cada diez hombres son adictos al sexo, incluidas estrellas como Michael Douglas, Russell Brand y Tiger Woods, pero muchos se niegan a aceptar que es una condición real. Sin embargo, una nueva investigación sugiere que, de hecho, existe y es causado por altos niveles de oxitocina, la “hormona del amor”.

Sin embargo, lejos del glamour y sí dentro de una enfermedad mental, en 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró por primera vez que el comportamiento sexual compulsivo, comúnmente llamado adicción al sexo, era una enfermedad mental. Se incluyó de manera controvertida en la lista de Clasificación Internacional de Enfermedades, utilizada para estudiar problemas de salud, lesiones y causas de muerte.

Según explicó Morassutti, “hay que entender que cuando hablamos de adicción (del latín addictus) se hace referencia a una enfermedad crónica y recurrente que se caracteriza por una búsqueda compulsiva de la recompensa o alivio (segregación de endorfina y serotonina) a través de prácticas sexuales. Esto implica una incapacidad de controlar la conducta, dificultad para la abstinencia permanente, deseo imperioso de consumo, disminución del reconocimiento de los problemas significativos causados por la propia conducta, y en las relaciones interpersonales, así como una respuesta emocional disfuncional”.

- ¿Qué consecuencias atrapan al individuo?

El resultado es una disminución en la calidad de vida del afectado, generando problemas en su trabajo, en sus actividades académicas, en sus relaciones sociales o en sus relaciones familiares o de pareja. 

-Una vez diagnosticada la adicción, ¿cómo se trabaja?

-Se trabaja como con todas las adicciones. Con terapia psicológica, sexológica y psiquiátrica.  Y en en algunos casos, acompañados de medicación. 

- ¿Puede desaparecer con tratamiento la pulsión desbordada, para que la persona pueda vivir la sexualidad desde el placer?

- Si bien las terapias son muy buenas, la adicción al sexo se aprende a controlar, pero no desaparece. Los grupos de ayuda se basan en los doce pasos (como Alcohólicos Anónimos) y proponen como objetivo alcanzar la “sobriedad sexual”, es decir, lograr tener relaciones sexuales no impulsivas ni generadoras de malestar.

Mendoza +

chevron_left
chevron_right

Viral +

chevron_left
chevron_right

Noticiero 9 +

chevron_left
chevron_right

Lo Último