La mujer de 35 años señaló que le costaba mantenerse de pie y que se caía regularmente sin razón.
Una mujer de 35 años sufrió una enfermedad que suele afectar a los animales y que genera debilidad muscular principalmente en los miembros inferiores, produciendo dolores y hasta caídas imprevistas.
La mujer, que al tener estos síntomas, asistió al médico para que le revisaran las piernas pero en el chequeo comprobaron un problema más grave: tenía alojado un gusano en su espina dorsal.
En el primero chequeo, confirmaron que las piernas de la mujer perdieron sensación y que apenas podía flexionar los pies.
En tanto, los análisis de sangre sugirieron que había tenido algún tipo de infección. Pero no fue hasta su resonancia magnética cuando descubrieron lo que le había sucedido.
La mujer había sido operada en su columna y por la herida habían entrado larvas que normalmente se les pega a los perros, aunque a veces puede afectar a los humanos.
Cuando la larva llegó hasta la espina dorsal, el gusano adulto cría huevos.
En los perros, estos huevos llegan al intestino delgado, donde se convierten en quistes. Estos quistes recorren el torrente sanguíneo y se adhieren a otros órganos donde continúan creciendo.
En las personas, sin embargo, este proceso suele llegar a un callejón sin salida y pueden causar daños graves. Por lo general infestan los pulmones o el hígado, pero no es extraño que terminen en el sistema nervioso central o en los huesos.
Afortunadamente para esta mujer, los médicos encontraron el problema a tiempo y con un tratamiento lo pudieron solucionar.