(Por Eva Rodríguez)
El sexo en los matrimonios es una de los principales temas de controversia, malestar y desacuerdo después del malestar económico.
Hay muchísimas parejas estables, de larga data, que no han tenido sexo por días, semanas, meses, incluso años. Y eso no está mal. De hecho, si ambos miembros de la pareja están felices y no sienten insatisfacción, eso incluso está bien. El problema aparecerá cuando uno de los miembros de la pareja quiere tener relaciones sexuales y el otro no.
La mayoría de las parejas tienen sexo aproximadamente 2 veces por semana durante los primeros 10 años de su matrimonio. Una vez que pasan esa primera década, un alto porcentaje de estos matrimonios reunirán rápidamente los criterios para ser considerados “matrimonios sin sexo”, que consiste en tener sexo menos de una vez por mes. O menos de 10 veces al año.
*Agotamiento de la química cerebral. Cuando conocemos a alguien con quien tenemos atracción sexual, nuestra química cerebral actúa por si sola. Estamos llenos y llenas de hormonas que circulan por nuestro cuerpo y nos hacen sentir atractivos, flotando por el aire, con deseos sexuales frecuentemente. Luego de dos años se espera que esa química sexual comience a bajar.
Curiosamente, es el mismo tiempo en el que se espera que el enamoramiento se termine para dar paso al amor maduro… o a una ruptura en la relación. Sin esa química hormonal sexual ya no tendremos el empujón natural.
Al cual además se le agrega ahora un segundo problema, si yo no hablo con mi pareja, no sé cómo comunicarle mis
necesidades, mis deseos, mis intereses, ¿cómo voy a hablar de mis necesidades sexuales? De lo que me interesa, lo que quiero probar, eso que no me gustó. La ausencia de diálogo es un factor crucial para apagar el deseo sexual en un matrimonio.
Por el contrario, la educación sexual que reciben los varones es completamente diferente, es la educación del porno. Mandatos llenos de ideas distorsionadas sobre la realidad misma y el sexo, pero lo más perjudicial es la idea que plantea el porno de que los hombres no necesitan intimidad, afecto, cercanía y cariño en el sexo, siendo que eso es todo lo contrario. Y obviamente no enseña absolutamente nada sobre educación sexual o sobre como
hacer el amor con cualquier persona.
*La ausencia de la masturbación, del autoconocimiento y del autoplacer. Sobre todo en mujeres, obviamente, propio de la cultura en la que vivimos, de sus tabúes y límites, muchas personas no practican la masturbación. No practicar la masturbación si no te dan ganas no es un problema. El problema es no practicarla porque te da culpa y privarte de conocer tu cuerpo, sus partes, los centros de tu cuerpo que activan tu placer, tu disfrute, que es lo que a vos te gusta y cómo te gusta. Para luego poder compartirlo con tu pareja.
Masturbarse es como ir al gimnasio, entrenar, fortalecerte, elongar y el sexo es como correr la maratón. Ahora imagina que pasa si corres la maratón sin ir al gimnasio…
*Trastornos y disfunciones sexuales. Estas pueden ser disfunción eréctil, problemas de lubricación, dolor en los genitales, ausencia de orgasmos, problemas en la excitación, sumado a enfermedades sexuales u otras enfermedades como alcoholismo, problemas de conducta, adicciones. Todas ellas pueden sumarse y lograr que termines en un matrimonio sin sexo.
El termómetro para definir el estado de una pareja sexualmente activa es el sexo. La gente que vive en matrimonios sin sexo, donde hay desacuerdo e insatisfacción, se siente frustrada, poco atractiva, poco querida, poco cuidada y el peor de todos estos males, siente soledad.
Sin embargo, el sexo no tiene edad, género ni orientación sexual. El sexo es para todas las personas de cualquier edad. Ubicá que puede estar fallando en tu relación y ataca el problema desde la raíz. El sexo es bueno para vos, el sexo es saludable y le hace bien a tu matrimonio.