Maquillaje japonés, la técnica del rubor que rejuvenece 10 años

Maquillaje japonés, la técnica del rubor que rejuvenece 10 años

Belleza/tendencias

¿El secreto de la juventud? Cómo aplicar el rubor para resaltar la frescura del rostro con un toque sutil y natural. Se trata de la técnica de maquillaje Igari. En esta nota descubrilo con nosotros.

El maquillaje japonés ha ganado popularidad en todo el mundo por su enfoque minimalista, suave y extremadamente natural. Si bien las técnicas y productos varían según la región y las preferencias personales, uno de los secretos mejor guardados de la belleza japonesa es el uso del rubor, que no solo proporciona color, sino que tiene el poder de rejuvenecer la piel, haciendo que la persona luzca con mayor frescura en su rostro.

La clave del rubor japonés

La técnica del rubor en Japón no se limita a aplicar un poco de color en las mejillas, sino que tiene una intención muy específica: resaltar la juventud y frescura de la piel. A diferencia del estilo occidental, que suele centrarse en definir los pómulos y contornear el rostro, el maquillaje japonés busca una apariencia más suave, juvenil y radiante. La idea es dar la impresión de un rubor natural, como si el rostro estuviera ligeramente sonrojado por la frescura o el rubor, similar a cómo la piel de una niña parece tener un brillo natural.

En lugar de concentrarse en colores intensos o productos de acabado mate, el maquillaje japonés emplea tonos suaves, en su mayoría en tonalidades de rosa, melocotón y coral, que imitan los tonos naturales de la piel sana. El rubor se aplica de manera difusa, buscando que el color se derrita en la piel para que se vea casi imperceptible, pero al mismo tiempo luminoso y fresco.

El método de aplicación: más allá de las mejillas

El secreto del rubor japonés (Foto: Instagram @jinpic.kr.)  no solo radica en los tonos y la suavidad de su aplicación, sino también en la forma en que se distribuye el producto. Mientras que en muchos estilos occidentales el rubor se concentra en las mejillas para marcar el rostro, en el maquillaje japonés se emplea una técnica que también incluye la parte alta de los pómulos y una ligera aplicación en el puente de la nariz. Esta técnica, conocida como “rubor en forma de corazón”, crea un efecto que aporta luminosidad y resalta las características faciales de manera delicada.

Una de las características más notables de este estilo es que el rubor se difumina completamente, lo que crea una transición suave entre el color y la piel. En lugar de parecer que se ha aplicado un producto de forma evidente, el rubor parece emanar de la piel misma. Esto no solo resalta la juventud, sino que da la apariencia de una piel más fresca y descansada, incluso sin necesidad de una gran cantidad de maquillaje.

¿Por qué rejuvenece el rubor japonés?

La técnica de rubor japonés es más que una simple aplicación de color. Su habilidad para rejuvenecer el rostro radica en su enfoque hacia la suavidad y la luminosidad. Con el paso de los años, la piel pierde parte de su vitalidad y luminosidad natural, lo que puede hacer que el rostro luzca más apagado y envejecido. Al aplicar el rubor en puntos estratégicos y de manera difusa, se simula el resplandor juvenil de una piel saludable.

El rubor en el centro de las mejillas, acompañado de un toque en la nariz, crea un equilibrio en las facciones que da la impresión de un rostro más pleno y juvenil. Además, la textura de los productos japoneses, que en su mayoría son líquidos o cremosos, permite una mejor integración con la piel, dejando un acabado más natural que los polvos, que pueden resultar más pesados y marcar líneas de expresión.

Productos para conseguir el efecto

El maquillaje japonés se caracteriza por utilizar productos de alta calidad que se adaptan perfectamente al tipo de piel. En cuanto al rubor, las versiones líquidas o en crema son preferidas, ya que se funden mejor con la piel y dejan una apariencia jugosa y fresca. Muchas marcas japonesas también incorporan ingredientes que cuidan la piel, como extractos de plantas o aceites hidratantes, que no solo embellecen, sino que también benefician la salud de la piel.

Este tipo de make up ha establecido un nuevo estándar de belleza que valora la frescura y naturalidad. La técnica del rubor, en particular, se ha ganado el título de rejuvenecedora por su capacidad para iluminar el rostro y devolverle un aire juvenil con mínimos esfuerzos. Si buscas un look fresco, natural y juvenil, incorporar esta técnica puede ser la clave para revitalizar tu rostro en pocos minutos.