Fiestas de fin de año, y falta de entusiasmo ¿Podemos revertirlo?

Fiestas de fin de año, y falta de entusiasmo ¿Podemos revertirlo?

Psicología/autoayuda

Las fiestas de fin de año son tradicionalmente un momento para la celebración, el reencuentro familiar y la alegría compartida. Sin embargo, no todas las personas experimentan esta alegría. Cómo escucharse y transitarlas lo mejor posible.

Las fiestas de fin de año traen consigo sentimientos encontrados, ya que lejos de ser casi como una postal cinematográfica despiertan en muchos sensaciones de tristeza. Y es que no todas las personas experimentan esta época con entusiasmo. En lugar de sentirse emocionados, muchos enfrentan sentimientos de apatía, estrés o incluso tristeza, lo que puede generar un conflicto interno al comparar sus emociones con las expectativas sociales y culturales de felicidad durante estas fechas. ¿Por qué ocurre esto? Y, más importante aún, ¿cómo podemos transitarlas de manera más saludable?

La Falta de entusiasmo, un rasgo común

“La psicología detrás de la falta de entusiasmo en las fiestas de fin de año es compleja y varía según la experiencia de cada individuo. Uno de los factores más importantes que contribuyen a esto es la presión social que asocia las celebraciones con la ‘felicidad máxima’. La idea de que todos deben estar rodeados de seres queridos, celebrando con entusiasmo y disfrutando de momentos perfectos puede generar una desconexión emocional” sostiene Nancy Caballero, psicóloga.

-¿En cuánto suman las expectativas sociales?

Las expectativas sociales de la “felicidad obligatoria” en esta época del año pueden resultar abrumadoras, sobre todo si alguien está atravesando una situación personal difícil, como la pérdida de un ser querido, problemas económicos o dificultades emocionales.

Otro factor clave es el agotamiento acumulado a lo largo del año. Las fiestas de fin de año, lejos de ser un descanso, suelen ser un momento de más demandas sociales y familiares, lo que puede llevar a un aumento del estrés y la ansiedad. Las personas, entonces, no sienten motivación para participar en las celebraciones, ya que simplemente no tienen energía emocional o física.

-¿La obsesión por el consumo, potencia la apatía?

Totalmente. Esto sumado a los denominados ‘balances’ terminan por hacernos daño si no gestionamos bien las emociones.

¿Cómo disfrutarlas?

-Aceptar las propias emociones
El primer paso para disfrutar de las fiestas, o al menos transitar por ellas de manera más saludable, es aceptar que no todos tienen que estar llenos de alegría y entusiasmo. Está bien no sentirse enérgico o extrovertido. La autenticidad emocional es fundamental; si uno no se siente preparado para participar en todas las actividades, es válido tomar un paso atrás y priorizar tu bienestar.

-Establecer expectativas realistas
A menudo, nos imponemos a nosotros mismos metas poco realistas sobre cómo debemos disfrutar de las fiestas. No todas las celebraciones tienen que ser grandiosas o perfectas. La clave está en reducir las expectativas y recordar que lo importante es estar presentes en el momento, sin la presión de cumplir con un guion social preestablecido.

-Cuidar la salud mental
Tomarse tiempo para uno mismo es esencial. Si uno se siente abrumado por las reuniones sociales, dedicar momentos para la introspección o actividades relajantes como leer, escuchar música, hacer ejercicio o meditar es fundamental. Estos momentos pueden ser una excelente forma de reconectar con uno mismo y de reducir el estrés.

-Redefinir las tradiciones
Si las celebraciones tradicionales te resultan estresantes, una forma de hacerlas más llevaderas es redefinir lo que significa “celebrar”. Podés optar por una reunión más íntima, en lugar de una gran fiesta; o bien, cambiar el enfoque de las celebraciones hacia algo más simple y significativo. Esto puede ser una cena con amigos cercanos, una actividad creativa como hacer manualidades o simplemente un día de descanso en casa.

-Pedir apoyo si lo necesitas
Hablar con un amigo cercano o un terapeuta puede ser útil para procesar cualquier sentimiento de desconexión o tristeza que surja en esta época. A veces, compartir nuestras emociones y expectativas puede aliviar la carga emocional. Además, saber que no estamos solos en nuestras dificultades puede ser un consuelo importante.

-Evitar la comparación
Las redes sociales, en particular, pueden intensificar la presión durante las fiestas, ya que muestran imágenes de personas aparentemente felices y celebrando de manera perfecta. Recordá que lo que vemos en las redes sociales no es una representación completa de la realidad, y que cada quien vive las festividades de forma distinta. Evitá comparaciones puede ayudarte a centrarte en lo que realmente importa para ti.

-Escuchar al cuerpo
Es fundamental prestar atención a las señales del cuerpo. Si te sentís cansado, ansioso o emocionalmente agotado, es importante tomar un descanso. Escuchar nuestras necesidades físicas y emocionales nos permite tener un mayor control sobre cómo vivimos las festividades, en lugar de dejarnos arrastrar por una agenda ajena.

Las fiestas de fin de año no deben ser sinónimo de presión, estrés ni de cumplir con expectativas ajenas. En lugar de sentirte obligado a seguir un modelo predefinido de celebración, podés crear una experiencia significativa y saludable para vos. Aceptar las emociones que surgen, priorizar el autocuidado y establecer límites claros son herramientas clave para disfrutar de las fiestas a tu propio ritmo. “En última instancia, el objetivo es que cada persona pueda encontrar una forma auténtica de experimentar esta época del año, sin sentirse presionada ni sobrecargada”, concluyó la psicóloga.