Una mujer vivió con su pareja durante 7 años y cuando se separaron, ella reclamó parte de los bienes. El Código Civil no contempla las uniones convivenciales a la hora de la división de bienes, pero esto no fue impedimento para esta mujer.
Su reclamo era claro: ella durante todos esos años se dedicó a las tareas del hogar y eso permitió que su pareja pudiera trabajar sin otras preocupaciones. La Justicia dio lugar a su reclamo, entendió que era legítimo, y le otorgó un 25% de los bienes que tenía la pareja.
¿Te suena conocida la situación? Bueno, tranquila. Durante muchos años, la tarea de la mujer en la casa estaba naturalizada y era algo "porque sí". Desde un tiempo a esta parte, se entiende que la tarea del hogar es un trabajo como cualquier otro, pero no remunerado.
Los integrantes de la familia encuentran la casa limpia, la comida hecha y la ropa lavada y planchada. ¿Magia?. No. Detrás de todo eso hay una persona, en este caso una mujer, que incansablemente y de manera no visible (para los demás) hace cotidianamente estas tareas.
Mientras dura el amor todo es color de rosa, pero cuando se termina, ¿qué pasa?. La justicia está entendiendo que el rol de la mujer en esta "empresa familiar" es otro.
¿Te pasa?¿Te pasó? Mirá la nota completa y hacé valer tus derechos.