Las achuras despiertan amores y odios en los comensales, están quienes aseguran que un asado sin chinchulines y sin mollejas no es asado, y están los que sostienen que esos cortes son "un asco".
Centrémonos en los chinchulines: a quiénes les gustan se les hace agua la boca en cuanto los ven en la parrilla luego de haber estado unas horas en limón. Apenas empiezan a chirriar, ya se los imaginan bien doraditos y crocantes, o tiernitos, sobre un pan o en el plato, según el gusto de cada uno.
Pero, ¿qué parte de la vaca es? ¿Cuál es la forma correcta de limpiarlos? ¿Se lavan por dentro?nbsp;
Se los conoce como chinchulín, choncholí, chunchullo, chinchurria, chunchurria, chunchula o chunchules. La palabra chinchulín proviene del quechua (ch'unchu y significa “intestino” o “tripas”).
Es el intestino delgado de la vaca.
Generalmente, los asadores y las asadoras los lavan por fuera, los dejan en limón un par de horas y los largan a la parrilla. Pero, en este corte es importante mantener una correcta higiene.
Antes de comenzar el fuego se deben lavar primero por dentro con abundante agua tibia con el chorro directo de la canilla y luego sumergir en una fuente con agua tibia por media hora. Retirar y enjuagar nuevamente con agua caliente.
Algunos asadores, solo los lavan por fuera porque hacerlo por dentro "les hace perder sabor".
Este viernes llegó a ElNueve.com el video de una mendocina que los lavó por dentro y encontró algo realmente asqueroso adentro: un grano de choclo sin digerir.
Estos granos contienen un revestimiento exterior ceroso y amarillo que protege al grano del clima, plagas y transporte. Este revestimiento y su resistencia llamada celulosa hacen que no sean digeridos si no son bien masticados.