Este jueves se conoció la horrible noticia de que en el Hospital Materno Neonatal de Córdoba murieron cinco bebés entre marzo y junio de este año, sobre los que hay una sospecha fuerte. Sin embargo, el número de fallecidos podría ascender a 10 o 12. La Justicia investiga qué pasó, cómo se produjeron los decesos y se inició un sumario administrativo por el cual se separó a una serie de empleados.
El fiscal de Instrucción, Raúl Garzón, indicó en diálogo con TN que la principal hipótesis tiene que ver con la colocación de alguna sustancia. "Ese suministro pudo haber sido por mala praxis o de manera intencional. Aunque no nos entre en la cabeza, no descarto que haya sido intencional".
Garzón dijo que descarta la hipótesis de que los menores hayan sido afectados por complicaciones de vacuna, medicación o, mal estado de los medicamentos. "Eso no es posible porque se administra la misma medicación en todos los hospitales. Aquí estamos frente a un caso muy acotado y puntual”.
En el marco de la investigación, se secuestraron las historias clínicas de los bebés y se les realizó autopsia a dos cuerpitos. Los resultados arrojaron "altos niveles de potasio", que hace pensar que se les inyectó alguna sustancia inapropiada. “Sobre el potasio no voy a dar detalles porque son cuestiones médicas que no me corresponden. Se está investigando esa línea”, dijo Garzón.
Hasta el momento, son 23 los trabajadores del hospital que fueron separados de sus cargos mientras dura la investigación. Además de su directora, Liliana Asís.
La abuela de uno de los pequeños realizó declaraciones a medios cordobeses y relató la brutal experiencia.
Romina contó al medio Telenoche, que, en su caso, la beba nació en la madrugada del 6 de junio en ese centro de salud y continuó: "Tipo 4 de la mañana nos avisan que había nacido una hermosa bebé".
La abuela aclaró que "nos dijeron que le había dado dos paros cardiorrespiratorios, no sabían decirnos qué pasó ni explicarnos". Y detalló que la muerte ocurrió 22.45 del 6 de junio, pero que los notificaron como 6 horas después.
"La beba tenía manchas rojas en su cara y una perforación al lado de la nariz. A mi hija le dijeron que era algo normal del trabajo de parto y que iban a desaparecer con el correr de las horas", agregó Romina.
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