Asesinato

"Por fin se terminó": detalles de la Masacre de Flores tras la muerte del quíntuple asesino

"A Cacho lo mandó Dios" escuchó Matías Bagnato decir en su casa en alguna oportunidad. En 1994 el país entero se conmocionó cuando Fructuoso Álvarez González prendió fuego a una familia entera. En las últimas horas, falleció en la cárcel.

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Redacción ElNueve.com
1 de mayo de 2023 | 13:57

Matías Bagnato, el único sobreviviente de la "Masacre de Flores", habló tras la muerte de Fructuoso Álvarez González, el asesino que incendió su casa y mató a sus padres, hermanos y un amigo en 1994. En una conferencia de prensa en Balvanera, acompañado por su abogada, Bagnato contó que Álvarez González había pedido prisión domiciliaria por problemas de salud y que se había infectado una herida en la cadera. "Falleció de una infección generalizada", dijo Bagnato.

Bagnato expresó su dolor y su alivio por el fin de una larga lucha judicial y social para evitar que el homicida saliera en libertad. "Fueron 30 años de lucha. Me cuesta seguir adelante porque cada seis meses él pedía ser liberado y yo no podía salir de mi casa. El que estaba detenido era yo", afirmó.

Además, reveló que había formado una nueva familia, pero que no lo había hecho público por miedo a que Álvarez González se la quitara como hizo con la anterior. "Estoy en pareja con Nicolás y vivimos junto a su hermano Sebastián que tiene síndrome de down", dijo Bagnato, y agradeció el apoyo de los medios y la sociedad.

La muerte de Álvarez González se conoció el domingo pasado, cuando Bagnato publicó en sus redes sociales un emotivo mensaje dedicado a sus seres queridos: "Hoy sí por fin puedo decir se terminó. Mami Pa Fer Ale Nico descansen en Paz. Los amo con todo mi corazón".

También le escribió a su abuela, que fue quien lo crió: "Daría mi vida entera por abrazarte y estar juntos este día después de 30 años de sufrimiento. Vos también mi amor ahora descansa en paz. Te amo abu hermosa 💖"

"A Cacho lo mandó Dios" 

Fructuoso Álvarez González estaba casado con una prima de José Bagnato (42). Compartían reuniones familiares, cenas, festividades. Cuando la fábrica de zapatillas que José tenía con su esposa, Alicia (40) estaba a punto de la quiebra, fue Fructuoso "Cacho" Álvarez González el que le dijo que no cierre la empresa, que él le prestaba la plata y luego se la cobraba en cuotas.  

Cacho tenía gran poder adquisitivo porque era dueño de agencias de automóviles y salas de videojuegos. Además de ser el administrador de Casandra, un prostíbulo. 

Tras la reunión que mantuvieron Cacho y José -según el recuerdo de Matías- su padre llegó a la casa y dijo "A Cacho lo mandó Dios". El pacto era que el dinero de la deuda sería devuelto en cuotas con intereses. Sin embargo, mientras José consideraba que debía devolver $40 mil dólares, Cacho quería cobrar $180 mil. 

Así empezaron las peleas. Un día, Cacho llamó a Norma, la mamá de José, y le pidió una reunión para llegar a un acuerdo con la deuda. Ella accedió a ir por lo que era la dueña del edificio donde funcionaba la fábrica de zapatillas y porque Cacho era sobrino político.

Al llegar, Cacho estaba con un abogado y pretendía que la mujer firmara un documento haciéndose cargo de la deuda. Como ella no lo hizo, la golpeó, la obligó a aspirar cocaína, se bajó los pantalones y le refregó los genitales en la cara. El abogado solo le sugirió que no le dejara marcas. Irrumpió en la escena la esposa de Fructuoso y le rogó que con la tía no se metiera. Él la obligó a subir amenazándola que la "mataría a ella y a su hija". La mujer le hizo caso, pero inmediatamente llamó su primo José y le avisó lo que estaba sucediendo. 

José llegó inmediatamente a rescatar a su madre y Cacho escapó. Hicieron la denuncia. Esto ocurrió en octubre de 1993 y fue el inicio de una pesadilla que finalizó este domingo, más de 29 años después. 

Cacho comenzó a amenazar a los Bagnato. Llamaba y respiraba fuerte o les decía con una voz distorsionada "están todos muertos". Matías y su hermano lo apodaban "El Monstruo". 

El 17 de febrero de 1994, Cacho cumplió su promesa. Prendió fuego la casa familiar y murieron José (42), Alicia (40), Fernando (14), Alejandro (9) y un amigo que se había quedado a dormir porque al otro día irían a la pileta, Nicolás Borda (11). 

Matías, que en ese entonces tenía 16 años, alcanzó a escapar. 

Álvarez González fue a prisión perpetua en 1995, como tenía nacionalidad argentina y española pidió el traslado a Europa, donde la pena máxima es de 20 años. En 2004 fue extraditado. 

En 2011, a las 3.30 de la mañana - a la misma hora en la que incendió a los Bagnato- llamó a Matías, con la misma voz distorsionada que lo había hecho antes y lo volvió a amenazar. Así se enteró Matías que "El Monstruo" estaba libre. En ese periodo que estuvo en libertad, Cacho intentó recuperar contacto con su exesposa, quien no quiso saber nada con él. 

Fue recapturado y solicitó en reiteradas oportunidades su libertad condicional. Siempre le fue negada por su diagnóstico de psicópata y su falta de arrepentimiento. 

Este domingo murió en el penal de Ezeiza. Tuvo una asepsia, una infección generalizada luego de que su organismo rechazara una prótesis de cadera. 

"Hoy, por fin, puedo decir que se terminó", escribió Matías en redes. 

 

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