El sábado pasado, una mujer fue víctima de un brutal asalto en Córdoba, cuando un grupo de motochorros le dispararon en la cabeza. La mujer, identificada como Gisela Vaca, de 36 años, sobrevivió de milagro al ataque y relató el dramático momento que vivió.
“Me hice la muerta para que no me maten”, dijo.
Según su testimonio, los motochorros le exigieron dinero y celulares a ella y a otros vecinos que estaban entrando a una casa en el barrio Cooperativa Güemes. Gisela intentó refugiarse en el domicilio, pero uno de los ladrones le disparó en la cabeza. “Me pedía plata. No me resistí. En un momento me apuntó de frente y me disparó. Cuando me disparó, vi todo negro y lucecitas y sentí el zumbido de la bala”, narró.
La bala le quedó alojada en la cabeza y le causó una grave herida. Sin embargo, la mujer no perdió la conciencia y logró fingir su muerte para evitar otro disparo. “Volví a abrir los ojos, vi que me apuntaba en el piso y que una segunda persona le decía ‘pegale, pegale’. Yo cerré los ojos para hacerme la muerta, la dormida, y no me disparó, se fueron”, contó.
Los delincuentes huyeron con celulares, un televisor y otros objetos de valor. Gisela fue trasladada al hospital. “Me limpiaron y me sacaron la pólvora. Pero la bala todavía está ahí (en la cabeza)”, dijo.
El caso conmocionó a la provincia de Córdoba y generó indignación por la violencia e impunidad de los motochorros. Hasta el momento, no hay detenidos por el hecho.
Una noche de terror vivió una joven y sus padres este miércoles por la noche. Es que ella estaba sola en su casa ubicada en la intersección de Benaventes y Corrientes en el barrio Santa Ana y vio que delincuentes estaban entrando a su casa. Alcanzó a llamar a uno de sus padres para pedirle ayuda.
Esta persona, de 61 años, venía en un Toyota Hilux por el Acceso Este cuando recibió el alarmante llamado de su hija. Trató de llegar a su casa lo más rápido posible. Afortunadamente, a la altura de calle Houssay alcanzó a un patrullero que se dirigía hacia el Este. El conductor de Toyota le hizo señas a los policías para que detuvieran la marcha, les explicó lo que pasaba y ambos vehículos salieron a toda velocidad hacia la vivienda.
Cuando llegaron, inmediatamente los policías y el padre de la víctima se bajaron de los vehículos para ver cómo estaba la chica. En ese momento vieron a los ladrones saliendo de la vivienda. Los cuatro delincuentes se subieron al Toyota y huyeron.
La Policía salió detrás de ellos y comenzó una persecución por la calle Benavente. Al llegar a Corrientes, el móvil policial y el Toyota chocaron. Los ladrones bajaron del rodado y continuaron su huida corriendo.
En la calle Roque Sáenz Peña y Tirasso, la policía logró detener a uno de ellos.
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