Un hombre fue ejecutado en una plaza pública frente a una multitud tras ser condenado por secuestrar, violar y matar a una nena de 3 años. El sujeto, identificado como Mohamed al Magriby, de 41 años de edad, fue muerto a escopetazos.
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El hecho sucedió en el centro de una plaza en Saná, la capital de Yemen. El acusado fue atado, tumbado en el suelo y disparado ocho veces en la cabeza por un policía de Al Tahrir.
Pero antes, recibió 100 latigazos que también formaban parte de su condena, y todo fue presenciado por miles de yemenies que alentaban enardecidos por la situación. Entre ellos los familiares de la niña violada.
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Esta se trató de la primera ejecución pública realizada en la ciudad desde el año 2009; en esa oportunidad un yemení fue condenado por violar y asesinar a un niño de 11 años.
En tanto el padre de la víctima, Yehia al Matary, afirmó tras la ejecución: "Este es el primer día de mi vida, ahora ya me puedo relajar".
De acuerdo con medios internacionales, la Ley de Sharia es la fuente de toda la legislación en Yemen y bajo ella, el asesinato es castigado con la pena de muerte.
Además, aclara que la muerte del acusado depende de la voluntad de la familia de la víctima, quien tiene el poder de disminuir el castigo. Sin embargo, la norma no precisa cómo debe ser ejecutado el sentenciado.
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