Un tremendo asesinato se viralizó por las redes sociales. Un hombre, después de varios crímenes, mató a su pareja después de cometer varios crímenes y luego fue abatido por la policía.
La pareja tenía 4 años de relación. Eran novios desde 2013 y en 2017 habían tenido una hija pero no eran una pareja convencional. La joven se llama Nicole Novak y tenía una larga trayectoria criminal. Había sido arrestada en varias ocasiones por robo a mano armada y posesión de drogas.
Hugo Selva –el asesino– no tenía antecedentes, pero era adicto desde los 13 años y había sido denunciado por su abuela, Marilyn, que lo acusó de amenazarla de muerte.
El 4 de febrero los dos fueron hasta la casa de la abuela, la mujer asustada por su comportamiento violento llamó a la Policía pero cuando los agentes llegaron ya no estaban allí.
Luego de ese episodio Selva pergenió el asesinato de Nicole, el cual llegó después de varios crímenes cometidos por Selva y avalados por la mujer.
El primero en recibir la furia del hombre, fue Anthony Fonti, a quien Selva le vendió droga en el pasado y tras una discusión, le disparó en el hombro y se fue.
Al día siguiente, en un hecho que no ha sido esclarecido aún, se cruzaron con Edvin Milkevic. Selva le disparó y lo mató. La Policía lo halló sin vida en su auto.
Esa misma mañana, los novios pararon en un estacionamiento. Bajaron de la camioneta y entraron a la tienda "Mi barrio", en Lake Worth, para comprar cigarrillos.
Al salir, se subieron al vehículo y se fueron. Pero, minutos después, regresaron. Novak fue al cajero automático y luego volvió al auto.
Una vez que entró, por razones que aún son desconocidas, Selva le disparó en la cabeza cuando se sentó en el asiento del conductor. Su cuerpo cayó al piso porque la puerta estaba abierta.
Este es el momento que captaron las cámaras de seguridad.
Transeúntes intentaron ayudarla, mientras Selva tomó el volante para irse. Entonces, salió de la camioneta y arrastró el cuerpo de su pareja hasta el vehículo, lo subió y se fue.
Ya completamente fuera de sí, se introdujo en una autopista por el carril contrario y empezó a acelerar a 160 kilómetros por hora. La Policía comenzó a perseguirlo hasta que chocó.
Los oficiales se acercaron y le tiraron con una taser (arma de electrochoque) para inmovilizarlo. Como no obedecía, el agente Connor Haugh le disparó una bala de plomo y lo mató.