La actriz porno y activista María Riot denunció a Facebook por censura y quiere que le publiquen otra vez un contenido que fue eliminado, dice, injustamente.
Se trata de una imagen que "no viola los términos y condiciones" de la red social. Presentó un amparo con el patrocinio de los abogados Alejandro Mamaní y Jimena Gibertone en el Juzgado Civil N° 100, a cargo del magistrado subrogante Alejandro Verdaguer, según publicó Clarín.
La demanda resulta novedosa porque generalmente se busca que ciertos contenidos se den de baja. Este caso es al revés.
“El 11 de agosto subí a Facebook una foto de una sesión artística que hicimos con otros trabajadores sexuales. A los 15 minutos me la eliminaron y bloquearon la cuenta por 30 días, aunque no se veían mis pezones ni había desnudos", explicó Riot al matutino porteño.
Y se declara perjudicada por la sanción: "No puedo visibilizar las distintas acciones y actividades que estamos llevando adelante junto al sindicato de trabajadoras sexuales del cual soy parte (Ammar) ni puedo responder los mensajes que recibo día a día; muchos son consultas o pedidos de ayuda por violencia de género o discriminación".
Riot dice que mandó una carta documento a Facebook Argentina, pero no tuvo respuestas.
"Entonces, con un grupo de abogados involucrados en la defensa de los derechos humanos decidí actuar judicialmente", dice la activista, que suele usar las redes para promocionar sus posiciones.
En Facebook e Instagram Riot supera los 25.000 seguidores y en Twitter tiene más de 30.000. Además, hace una columna sobre trabajo sexual y feminismo en el programa de radio Metro y medio que conduce Sebastián Wainraich.
Mamaní, abogado de Riot, señaló que encima las redes sociales no dan explicaciones sobre sus sanciones.
“Y Facebook, como cualquier otra empresa que está en la Argentina, debe respetar los derechos de los usuarios”, sostiene.
Su compañera en la acción judicial, Jimena Gibertone, considera que derechos reconocidos constitucionalmente "se vulneraron de manera arbitraria, ilegítima y manifiesta" y habla de "una notoria persecución y discriminación a una referente de un colectivo vulnerable y altamente estigmatizado”.