Contagio de coronavirus

Un estudio del CONICET muestra cómo es el contagio dentro de los micros

Dos investigadores argentinos, Damián Ramajo y Santiago Corzo analizaron cómo circula el aire dentro de los vehículos y se propaga el covid-19 cuando no existe ventilación, se habla y no se usa el barbijo. Mirá la explicación de este estudio.

15 de abril de 2021 | 12:26

Un estudio de dos investigadores del CONICET, Damián Ramajo y Santiago Corzo, demuestra como actúa el coronavirus en el transporte público.

La idea es disminuir la transmisión de Covid 19 por aerosoles y partículas balísticas (grandes gotas) que uno exhala cuando estornuda, habla o tose.

Para este estudio se toman tres pilares fundamentales, usar barbijo, no hablar durante el viaje y mejorar la ventilación.

El último punto es quizás el que mayor explicación requiere, según los investigadores del CONICET, los colectivos necesitan tener 2 ó 3 ventanas abiertas atrás y 2 ó 3 ventanas abiertas en el frente para así generar la correcta circulación mientras el vehículo circula.

La succión que genera en movimiento hace que el aire ingresa por el fondo y salga por el frente, por eso en este estudio recomiendan dos medidas: Una es que una sola ventana abierta no sirve para mitigar los contagios y la otra es que como es una unidad en movimiento la ventilación cruzada carece de sentido, a diferencia de lo que se recomienda para una vivienda, en donde el viento genera la corriente de aire en dos ventanas enfrentadas entre sí.

Los escenarios que analizó el estudio

  1. Las gotas grandes o “balísticas” son más pesadas, caen rápido por los efectos de la gravedad y tienen la capacidad de proyectarse. Los aerosoles son partículas más pequeñas que, arrastradas por las corrientes de aire, viajan hasta ocho metros de distancia, son invisibles para el ojo humano y pueden quedar suspendidas en el ambiente por varias horas.
  2. Cuando un pasajero habla genera de forma permanente partículas grandes y aerosoles que, en este escenario, comienzan a concentrarse a su alrededor. La gran mayoría se trasladará hacia adelante a medida que la persona continúa hablando, mientras que otras quedarán adheridas al techo, piso y otras superficies del colectivo.
  3. Si se enciende el sistema de aire acondicionado, algo que está desaconsejado desde el inicio de la pandemia, las partículas virales se dispersan con mayor facilidad y llegan a todos los rincones del colectivo.
  4. En este escenario las partículas comienzan a concentrarse sobre la cabeza de los pasajeros, pero como algunas salen al exterior, la cantidad dentro del colectivo va a ser menor. Sin embargo, muchas otras continúan circulando en el interior de la unidad y algunas quedan pegadas en las superficies del vehículo.
  5. El n95 y el quirúrgico son los más eficaces: dejan pasar menos del 0,1% de las partículas emitidas. El tapabocas casero, en tanto, puede filtrar el 50%. En todos los casos, la utilidad dependerá del material y del correcto ajuste a la cara. Mantener silencio durante el transcurso del viaje es otra forma de reducir la transmisión del coronavirus. Al respirar, se emiten entre dos y cinco veces menos partículas que al hablar, por lo que permanecer callados durante el viaje es un modo más de colaborar en la mitigación de riesgos.

 

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