Conflicto en Brasil

"Tirá esa basura por la ventana": polémica por un audio del avión que llevó a Lula a la cárcel

La grabación se difundió horas después de la detención del ex presidente y el favorito para las próximas elecciones.

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Redacción ElNueve.com
9 de abril de 2018 | 22:36

Apenas horas después de la detención del ex mandatario Lula da Silva el sábado por la noche, se difundió un polémico audio proveniente del avión de la Fuerza Aérea de Brasil que trasladó al ex presidente desde San Pablo a la cárcel de Curitiba.

En la misma, se escucha una voz que dice "Vamos a hacer solo lo necesario", mientras que otra le responde: “Yo respeto... pero tirá esa basura por la ventana”.

"Lleválo y no lo traigas nunca más", se escucha en otro momento en la conversación difundida por el portal R7 de Brasil.

Enseguida, la voz de una mujer les informa que la conversación está siendo grabada, les pide que por favor guarden cordialidad ya que la misma podría ser usada en su contra.

La Fuerza Aérea de Brasil confirmó que se trata de una comunicación proveniente de un avión de su flota aunque aún no informaron si se trató del piloto o de los operadores.

"Las voces no son de controladores de vuelo", dijo la Fuerza Aérea, que indicó que la frecuencia usada para las comunicaciones es abierta y que las reglas alientan a que cada uno que ingresa en la radio debe identificarse. "Lamentablemente, la frecuencia fue usada de modo inadecuado por algunos usuarios que se valieron del anonimato para contrariar las reglas", dice un comunicado de la Fuerza Aérea. 

Polémica detención de Lula

El ex presidente se entregó el sábado a la Policía Federal para empezar a cumplir su condena de doce años por corrupción, pero no sin antes pasar dos días rodeado de seguidores que lo acompañaron toda la noche en la sede del sindicato metalúrgico de São Bernardo do Campo, donde él empezó su carrera política como líder sindical. En 1980, también en un mes de abril, la dictadura militar lo encarceló por primera vez.

El juez Sérgio Moro le ordenó presentarse a la policía antes de las cinco de la tarde del viernes 6 de abril. Pero Lula impuso sus propias reglas. Solo se entregó después de asistir a una misa ecuménica en conmemoración del cumpleaños de su fallecida esposa, Marisa Letícia. Estuvo rodeado de aliados políticos, entre ellos otros dos candidatos presidenciales, en la propia sede del sindicato donde Lula y Marisa se conocieron en 1973 y donde él la veló el año pasado.

Lula está en el primer lugar de las encuestas de intención de voto y todavía puede presentar recursos ante los tribunales para revertir su condena de doce años y un mes de prisión, ser liberado e inscribirse como candidato del Partido de los Trabajadores a la presidencia. Mientras la corte electoral no revoque su candidatura invocando la Ley de la Ficha Limpia, que impide a un condenado ser candidato, él podría hacer campaña electoral desde la cárcel.

No está nada claro si la democracia ganará algo con la detención de Lula, pero no hay duda de que si alguien gana con su caída es Jair Bolsonaro, el candidato presidencial conservador y militar retirado, quien está en el segundo lugar en las encuestas.

A Lula se le acusa de haber recibido un inmueble como parte de pago de coimas en la causa conocida como Lava Jato. Sin embargo, hasta el momento no se ha podido presentar una prueba de que el departamento esté a nombre del ex presidente o de alguien de su entorno. Incluso la empresa constructora OAS ha puesto como garantía ese inmueble, reconociendo de esa forma que sigue estando a nombre de la compañía

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