El Estado Islámico reivindicó la masacre que se cometió en una sala de conciertos de Moscú, donde alrededor de 40 personas murieron y más de 100 resultaron heridas.
Estados Unidos y Reino Unido habían advertido hace dos semanas de un “ataque terrorista inminente” en Moscú. Incluso instaron a sus ciudadanos a mantenerse alejados de lugares de concentración masiva, en especial de conciertos.
El ataque a tiros, que dejó heridas a otras 24 personas, se produjo en un campus ubicado en en el centro de la ciudad de Perm, en Rusia.
Ocurrió en la estación Sennaya Ploschad de San Petersburgo. Tras el estallido, cerraron tres estaciones y varias personas resultaron heridas.