El "líder" de los copitos pidió la excarcelación, pero la Cámara Federal porteña le denegó este martes el beneficio.
Nicolás Gabriel Carrizo es uno de los acusados de participar en la organización del atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y de tratar de esconder prueba incriminatoria, informaron fuentes judiciales.
Carrizo está detenido desde el miércoles 14 de septiembre. Se hizo conocido dos semanas antes, cuando acompañó a Brenda "Ámbar" Uliarte en la entrevista de Telefé en la que dijeron que no tenían nada que ver.
"Se verifica la existencia de peligros procesales que, de momento, no pueden ser neutralizados a través de otros medios menos lesivos para los derechos del imputado", sostuvieron los jueces Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, compartió la Agencia de Noticias Télam.
"Se encomienda a la magistrada de grado a que -con la premura que exige el caso- decida la situación procesal del encartado, avance este que eventualmente permitiría reevaluar el temperamento aquí adoptado, ponderando situaciones fácticas y probatorias no abarcadas en el marco de un planteo excarcelatorio como el aquí analizado", enfatizaron los jueces.
El juez Mariano Llorens, por su parte, votó en la misma dirección que sus colegas y resaltó que "aún restan realizar medidas de prueba -tales como peritajes de teléfonos, entrecruzamiento de llamados, etc- todo lo cual permitiría terminar de esclarecer los hechos objeto de investigación, así como también develar la eventual participación de terceras personas en aquellos".
"Ello me conduce a presumir que, en caso de recuperar su libertad, el encausado podría entorpecer la pesquisa y obstaculizar su avance", concluyó Llorens.
El líder de los copitos fue imputado por el fiscal Carlos Rívolo de ser participe necesario en los delitos de homicidio en grado de tentativa, agravado por haberse cometido con alevosía, premeditación y por el empleo de un arma de fuego, y por la supuesta falsificación de documentos públicos.
"Soy de hacer jodas muy pesadas", sostuvo Carrizo cuando el tribunal le cedió la palabra, en un nuevo intento de sostener que los mensajes que envió minutos después del fallido atentado, en los que hacía referencia a un plan para matar a la Vicepresidenta eran parte de una broma que le jugó a su hermanastra.
Instantes antes, su abogado defensor, Gastón Marano, reclamó su excarcelación bajo el argumento de que siempre estuvo a derecho, entregó su celular y la clave de acceso de forma voluntaria y no intentó darse a la fuga.