Debido a la aplicación del Índice de Contratos de Locación (ICL) que publica diariamente el Banco Central, los contratos de alquileres que finalizan en agosto tendrán un aumento del 110%.
Este incremento, el más alto en 2023, anticipa una difícil negociación entre propietarios e inquilinos.
Frente al conflicto ya generado entre las partes por los montos involucrados, la ONG Hábitat para la Humanidad Argentina solicitó que se incluya al alquiler social en las propuestas electorales.
La fuerte caída de la oferta de departamentos en alquiler ya había provocado un alza de los precios en julio del 11,3%.
En siete meses, acumularon el 89,6% y superaron en un 50% el índice de inflación en ese período.
Muchos inquilinos buscaron otras opciones ante los aumentos que se aproximan, como mudarse a garages, casas más chicas o a las viviendas de sus padres o hermanos.
La publicación especializada Reporte Inmobiliario señaló que en ese mes la cantidad de departamentos de 1 a 4 ambientes usados disponibles para alquilar, que se publicaron en buscadores de propiedades, fue de solo 686 unidades. Esto representa una disminución del 26 % respecto a las ofertadas en junio y del 58,4 % respecto a julio del año pasado, que había sido de 1.649.
Uno de los mayores problemas que se presentó en el mercado de los alquileres fue con la renovación de los contratos realizados en julio de 2022, ya que el aumento a aplicarse es del 104%, lo que supera el récord de los tres dígitos alcanzado el mes anterior.
La subida de los alquileres se refleja en el índice de precios al consumidor que mide el INDEC, en cuanto a su efecto estadístico, pero en la economía doméstica supusieron un impacto, al pasar de valores mensuales entre 60 y 90 mil pesos a 130/150 mil, que en muchos casos ocupan más del 75% de los ingresos de un grupo familiar.
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