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Se hizo un Bypass gástrico y perdió la movilidad en las piernas por 5 años

Dos meses después de la operación, la joven era incapaz de comer. Tenía una deficiencia de vitaminas que le provocó una desnutrición severa y la incapacidad de caminar durante, al menos, 5 años.

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Redacción ElNueve.com
4 de diciembre de 2019 | 13:01

Una joven realizó hacerse una operación para solucionar un problema de salud, terminó contrayendo uno que le inmovilizó las piernas durante 5 años.

Raquel Guimarães, una joven brasilera de 22 años, llegó a pesar menos de 39 kilos y perdió el movimiento de sus piernas tiempo después de someterse a una cirugía bariátrica para reducir su estómago.

El Bypass gástrico es uno de los procedimientos quirúrgicos más comunes realizados para combatir la obesidad.

Cuando la joven se practicó la cirugía pesaba 119 kilos. La joven declaró que luchó contra el sobrepeso durante años y que por ello, decidió operarse.

Valdirene Guimarães, madre de la joven, declaró en una entrevista: “Pagaba un entrenador, iba al gimnasio, fue al endocrinólogo. Cuando comenzó a perder peso, tuvo un problema en el tobillo y tuvo que inmovilizarse. Sin ir a entrenar volvió a subir de peso”.

Resaltó que su hija se frustraba al no tener el resultado esperado. “Se esforzaba mucho y no lograba su objetivo. ¿Por qué no operarse entonces?”, dijo Valdirene.

Ella decidió apoyar a su hija, que entonces era estudiante de fisioterapia y recaudaron los 5 mil dólares necesarios para su operación. La cirugía se realizó sin ninguna complicación hasta que transcurrieron dos meses.

“No podía comer nada, tenía vómitos y diarrea. Empecé a sentir hormigueos, calambres, entumecimiento en las piernas. Olvidaba las cosas, decía cosas confusas, pero los médicos dijeron que me faltaba potasio y que no se trataba de nada asociado a la cirugía”, relató Raquel.

En diciembre de 2014, la joven estaba en su casa cuando perdió la estabilidad y decidió consultar con un médico.

La trasladaron al hospital y de acuerdo con las declaraciones de la familia, y un médico que la acompañó, Raquel tenía déficit de vitamina B1 y B12.

La deficiencia de las vitaminas se convirtió en un caso de encefalopatía de Wernicke, causada generalmente por una dieta pobre lo que produce confusión, pérdida de coordinación muscular y problemas en la visión.

Además, Raquel tenía polineuropatía, un daño de los nervios periféricos en todo el cuerpo que puede ser causado por la falta de vitaminas.

El mayor problema que tenía fue que no podía mover las piernas.

Un mes después le dieron el alta médica, aunque no podía alimentarse por sí misma, vomitaba todos los alimentos que consumía y llegó a pesar menos de 40 kilos.

Su madre dice que “parecía una calavera en la cama”, era uno de los momentos más críticos para la joven.

A Raquel también le diagnosticaron anemia severa y desnutrición, en diciembre de 2015 la ingresaron de nuevo en el hospital para que recibiera transfusiones de sangre y pudiera alimentarse a través de una sonda.

Luego de varios estudios, comprobaron que tenía estenosis exacerbada en el intestino delgado, que ocurre cuando el tracto digestivo se estrecha al momento de la recuperación interna de la operación.

“La estenosis no ocurre de inmediato, es progresivo. Las pruebas anteriores no habían identificado el problema. Lamentablemente, no se puede saber si la complicación ya existía en ese momento o si las imágenes no la mostraban”, dijo el médico que la trató.

En otras palabras, la estenosis puede compararse con un queloide interno que impedía el paso de alimentos y nutrientes.

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Voltando ao estádio do jeito que sempre vim... andando ! Não do jeito ainda que eu quero, mas bem melhor do que antes. VAMOS, BOTAFOGO ⚫️⚪️🙌🏻❣️

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Raquel comenzó a alimentarse por sí misma, a beber agua, aumentó de peso y recuperó la sensibilidad en sus piernas poco a poco. Las tenía atrofiadas por su larga estancia en el hospital sin tener movimiento ni sesiones de fisioterapia.

Empezó a recibir el tratamiento de especialistas en ortopedia y en septiembre de 2017 se sometió a una operación para colocar un fijador externo en su pierna derecha. Un año después, se lo colocaron en la izquierda.

Hasta que, en julio de 2019, Raquel finalmente se liberó de los soportes y logró ponerse de pie sola por primera vez en cinco años después de la operación.

Importante el seguimiento después de la operación

Los médicos que trataron a Raquel señalaron que si bien la operación es segura siempre es importante un seguimiento para evitar complicaciones.

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