Salud/vida sana

Rosácea: cuando tu rostro habla

A medida que las hojas cambian de color y las temperaturas descienden, la rosácea puede intensificarse, desafiando a quienes la padecen. Descubrí las causas detrás de esta afección cutánea.

Por
Perfil autor
Redacción ElNueve.com
17 de mayo de 2024 | 20:56

El otoño y el invierno, con su clima frío y seco, pueden ser momentos difíciles para quienes sufren de rosácea. Esta condición cutánea crónica se caracteriza por enrojecimiento facial, protuberancias rojas y vasos sanguíneos visibles, a menudo acompañados de sensaciones de ardor y picazón. Aunque sus causas exactas aún no se comprenden completamente, varios factores pueden desencadenar o empeorar los síntomas durante los meses más fríos del año.

Una de las causas principales es la sensibilidad a los cambios de temperatura. La exposición al aire frío puede provocar que los vasos sanguíneos de la cara se dilaten, exacerbando el enrojecimiento y la inflamación característicos de la rosácea. Además, los ambientes interiores con calefacción pueden resecar la piel, aumentando la irritación y el malestar.

Como explica la médica dermatóloga Liliana Huczak "se caracteriza por ser un trastrono vascular en donde puede darse en diversas partes de la cara, como las pequeñas protuberancias que solemos ver en las mejillas, y vasos sanguíneos dilatados provocados por el sol o el frío".

-¿Hay niveles de rosácea?

Sí tiene varios niveles, y responde a una condición genética de base en general, sumado a  factores desencadenantes.

-¿De qué factores desencadenantes debemos cuidarnos?

Otros desencadenantes comunes incluyen el estrés, la comida picante, el alcohol y ciertos productos para el cuidado de la piel. Durante las festividades de fin de año, las comidas copiosas y el consumo de alcohol pueden ser particularmente problemáticos, ya que pueden desencadenar brotes de rosácea en personas susceptibles.

Las señales

Los síntomas de la rosácea pueden variar desde leves a severos e incluir enrojecimiento persistente, protuberancias rojas llenas de pus (pápulas), vasos sanguíneos visibles (telangiectasias) y sensaciones de ardor o ardor. Estos síntomas pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida de quienes los experimentan, afectando su confianza y bienestar emocional.

Afortunadamente, existen varias opciones de tratamiento para controlar los síntomas y mejorar la apariencia de la piel. Estos pueden incluir medicamentos tópicos, como cremas y geles con ingredientes antiinflamatorios, así como medicamentos orales, como antibióticos o isotretinoína, en casos más severos.

Además, los procedimientos dermatológicos, como la terapia con láser y la terapia de luz pulsada intensa (IPL), pueden ayudar a reducir el enrojecimiento y mejorar la apariencia de la piel. Sin embargo, es importante consultar a un dermatólogo para determinar el tratamiento más adecuado para cada caso individual.

Además del tratamiento médico, es crucial adoptar medidas para proteger la piel durante los meses de otoño e invierno. Esto puede incluir el uso regular de protector solar, incluso en días nublados, y evitar la exposición prolongada al frío y al viento. Además, mantener la piel bien hidratada con cremas o humectantes no comedogénicos puede ayudar a prevenir la sequedad y la irritación.

"Enfrentar la rosácea durante los meses de otoño e invierno puede ser un desafío, pero entender sus causas y síntomas, así como buscar el tratamiento adecuado, puede marcar la diferencia en el manejo de esta afección cutánea crónica", argumentó la dermatóloga.

Con el cuidado adecuado y la orientación de profesionales de la salud, es posible controlarla y mejorar la calidad de vida de quienes viven con ella.

La profesional estuvo en Cada Día, mirá la nota.

Mendoza +

chevron_left
chevron_right

Viral +

chevron_left
chevron_right

Noticiero 9 +

chevron_left
chevron_right

Lo Último