Sesenta familias de Guaymallén aseguran que el IPV les entregó casas nuevas pero con muchas falencias estructurales. Ahora, piden un periodo de gracia para pagar la cuota y exigen que se hagan las mejoras necesarias.
Son 300 personas que habitan 60 casas del barrio "Madres Unidas" de Colonia Molina. El IPV les entregó las viviendas, a estrenar, en el mes de mayo. Pero ellos, descubrieron fallas en el 90% de las estructuras. Problemas de plomería, carpintería, cloacas y electricidad. Puertas que no cierran y ventanas que no se abren. La lista es larga y aseguran que nada funciona como debería.
Hace dos meses que habitan esas viviendas y pagan una cuota, pero las casas no están en condiciones. Por los daños que tienen las construcciones los vecinos solicitan un periodo de gracia de un año y medio para entregar el dinero. Entienden que, ese, es tiempo suficiente para que el IPV les resuelva los problemas.
Han presentado una nota por escrito al IPV el pasado 3 de julio y todavía no obtienen respuesta. Los reclamos de los vecinos se multiplican, también, hacia las afueras del barrio. Indican que la zona no está bien iluminada y que la parada del colectivo más próxima está a 500 metros. Agobiados por los hechos de inseguridad, también piden mayor presencia policial.
Son 60 familias, quieren pagar la cuota, pero por una vivienda digna y en condiciones de ser habitada. Quieren vivir en Colonia Molina, pero con la seguridad de que no van a sufrir asaltos cuando se toman el colectivo. Luchan para que el barrio “Madres Unidas”, pueda convertirse en un verdadero hogar.