Quiricocho: ¿de dónde viene este grito mufador?

Durante el partido de voley de la selección de este martes se escuchó que alguien gritó esta palabra e Italia perdió el punto. Creer o reventar.

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Redacción ElNueve.com
3 de agosto de 2021 | 10:29

La escuchaste una y mil veces durante un partido de fútbol o en una definición por penales, y ahora la adoptó el voley.

Durante el partido que disputó la Selección Argentina frente a Italia y que terminó con la celeste y blanca en semifinales, se escuchó un solitario grito de "Quiricocho" durante un saque italiano. ¿El resultado? Punto perdido.

 Pero, ¿qué es qiricocho/kiricocho? Bilardo tiene la respuesta y se remonta a su época de DT. “Quiricocho era un muchacho de La Plata que siempre estaba con nosotros, y que como ese año salimos campeones (en referencia a 1982) lo adoptamos como amuleto. Era un buen pibe pero después ya no lo vi más. La última vez que estuve dirigiendo a Estudiantes (2003-04) pregunté por él y nadie sabía nada. Pero aunque no lo creas, cuando fui a España a dirigir al Sevilla (entre 1992 y 1993) hubo un penal para los otros (por los rivales) y escuché que alguien atrás mío gritó: 'Quiricocho, Quiricocho'. Yo no lo podía creer, hasta que el Cholo (Diego Simeone) y Diego (Maradona) me avivaron de que ellos lo habían dicho un par de veces y que el resto lo aprendió”.

Según una investigación de TyC Sports, Quiricocho no era un nombre, era un apodo. Se llamaba Juan Carlos. Era un hombre solitario y con ciertas dificultades cognitivas. Aparecía todos los días por el lugar de entrenamiento de Estudiantes de La Plata y el cuerpo técnico lo incorporó a su ministerio de cábalas.

Quiricocho era diferente a todos porque portaba reputación de mufa. Entonces Bilardo lo mandó a cumplir con dos roles en cada presentación de Estudiantes como local. Primero esperaba la llegada de las delegaciones visitantes para hacerse pasar por un hincha de ese equipo y les daba una palmada de aliento a cada jugador. De inmediato activaba la segunda parte: salía disparando hacia la tribuna visitante para transmitir su supuesta energía negativa durante los partidos. Solo cada tanto tenía trabajo extra en la semana previa y acudía a los entrenamientos del rival para comenzar a contagiar su mala suerte.

El grito de Quiricocho trascendió años y fronteras. Y según los cabuleros, es poderosísima. Creer o Reventar

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