Una iniciativa del Ministerio de Salud causa revuelo en Chile, donde el Gobierno pretende regular la actividad de tatuadores y colocadores de piercings estableciendo, entre otras medidas, la prohibición de tatuar a embarazadas o a menores de edad sin autorización de los padres.
En el caso de los menores, una de las medidas que más polémica generará entre los adolescentes es que se pretende exigir que los chicos tengan autorización de los padres pero, además, que alguno de sus tutores los acompañe durante todo el procedimiento, lo que echaría por tierra la posibilidad de se hagan tatoos sin que los padres sepan.
Otra de las situaciones que se contemplarán serán los casos de mujeres embarazadas, que obligatoriamente deberán contar con una autorización médica que garantice que el procedimiento sea seguro.
La medida busca homogeneizar y estandarizar los controles y las condiciones de seguridad de los lugares donde se realizan tatuajes y perforaciones, garantizando la calidad de los materiales y las herramientas que se utilizan.