¿Querés ser mi amante? Cómo proponerlo de frente

Y heme aquí, nuevamente frente a ti, quisiera preguntarte como Camilo Sesto si quieres ser mi amante.

Hace varios años un día saliendo de la ducha sentí una comodidad  desoladora, mi vida era perfecta, pero plana sin penas ni glorias, y al sentir la muerte de no tener latido de pasión, le pedí a la inmensidad un hombre que me hiciera vibrar. Y con los años llegaste tú.

Y por la boca muere el pez, dice mi abuela. Y por el deseo de mis labios he muerto yo mil veces por ti.

Y heme aquí invocándote nuevamente a ti.  Si se pudiesen acumular millas por pensar en alguien, yo iría tres veces ida y vuelta a Neptuno por todo lo que pienso en ti. Quisiera decir que te extraño, pero no es cierto, extrañar es estar en el pasado y lo que siento no tiene tiempo, por eso no puedo decir que te extraño. Quisiera decirte que deseo estar contigo, pero tampoco es cierto, porque planear implica futuro, y la verdad es que solo quiero sentirte ahora, abrazarte, mirarte. Quisiera decirte que deseo ser libre de este amor, y la verdad es que muchas veces lo he pensado. He pensando en cruzar la calle si en otra vida te vuelvo encontrar, cuando pienso en todo el dolor que me has hecho sentir. Pero sé que no es así, apuraría el paso para interceptarte en cualquier calle, cualquier tiempo, cualquier planeta.

Pediría mil veces el mismo deseo, desarmaría mil veces mi vida, solamente para acompañarte un rato a vivir, sentir el calor de tu piel, la profundidad de tus ojos, para ver nuevamente todos quienes has sido y los que serás.

Desearía que vieras lo que yo veo de ti, desearía darte la tranquilidad que buscas para vivir. Pero ya ves, no es así, desato el mismo caos que provocas tú en mi.

Desearía eligieras vivir el riesgo de amarme, pero ya ves no es así.

Desearía cruzaras la calle para volverme a conocer.