La curiosidad del ser humano es infinta. Y un ser humano con recursos puede potenciar su curiosidad cientos, miles, o millones de veces, generando nuevas experiencias y conocimiento.
Y seguramente impulsado por la curiosidad es que un fanático de los animales se animó a realizar un experimento con un balde, una cámara sumergible y agua, para obtener otra visión de los animales.
El proyecto consistió en dejar la cámara dentro del balde con agua en una granja y ver lo que sucedía con los animales que pasan por el lugar.
El resultado fue un retrato conmovedor de ellos, posando sin saber frente a la cámara, de una forma que no podemos ver nunca (excepto cuando alguien tiene los recursos para saciar esa curiosidad):