Fratricidio en Godoy cruz: Juan Bravo y su pareja Patricia Jaime fueron imputados por matar a Jorge Bravo. La carátula que recae sobre ellos es homicidio agravado por codicia y alevosía. Las 2 personas ya fueron trasladados al penal.
Las pruebas son contundentes y en las próximas horas pasarán al penal.
Si llegan a debate con esta calificación la única pena posible es la de prisión perpetua. La causa quedó en manos del fiscal de homicidios Carlos Torres.
El cuerpo de la víctima fue desenterrado el sábado, pero llevaba al menos cuatro días muerto.
Un hombre mató a su hermano en el bario Covimet de Godoy Cruz y lo enterró en el patio.
Los vecinos habían denunciado su desaparición y sospechaban de quien hoy está detenido como el principal sospechoso. La herencia podría ser el móvil del asesinato, según una línea de investigación.
Es un barrio donde la gente se conoce desde hace años. Tanto, que los que viven en calle Pehuajó al 2.200 habían notado que desde el martes pasado faltaba un vecino, Jorge Antonio Bravo, Jorge, el que vendía quiniela.
El sábado por la madrugada todo cambió. De hecho, estos tranquilos vecinos no parecen los mismos que indignados veían cómo la policía detenía al principal sospechoso de haber asesinado a Jorge.
Todo empezó el martes, cuando Jorge no cumplió su sagrada rutina y los vecinos empezaron a sospechar que algo raro estaba pasando.
Jorge se había criado en el barrio. Cuidó a sus padres hasta que el año pasado, la pandemia se los llevó y es ahí cuando apareció en el barrio su hermano nueve años mayor, Juan, de 60 años.
Al llegar el día viernes, la sospecha se hizo patente. Jorge no estaba, pero sí su auto y su hermano argumentaba que había hecho los bolsos. Un fuego en el patio detonó una sospecha que provocó un allanamiento por parte de la policía.
Ante la presencia de la Policía, Juan Bravo, se quebró y confesó haber matado a Jorge a puñaladas y haberlo enterrado en el patio de la casa familiar.
A la una, la policía halló el cadáver gracias a la colaboración del cuartel central de Bomberos y se lo llevaba detenido junto con una mujer de 46 años. Los vecinos indignados no salían de su asombro.
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