Este miércoles se conoció un comunicado firmado por el comisario apostólico para el Instituto Próvolo, monseñor Alberto Bochatey, donde plasma las palabras del Papa Francisco respecto de la condena judicial por abuso de menores a los curas Nicola Corradi y Horacio Corbacho, condenados por violar y someter de decenas de niños en el Instituto Próvolo.
En el comunicado que publicó el comisario apostólico aseguran que nunca encubrió a los sacerdotes y que “los abusos son un crimen que generan hondas heridas de dolor e impotencia”.
En otros pasajes del comunicado asegura que “respetamos la decisión judicial de Mendoza y esperamos que traiga paz a las víctimas” y que “es imprescindible que podamos reconocer y condenar las atrocidades cometidas por personas consagradas”.
“Pedimos perdón por los pecados propios y ajenos”, dice.
Horas antes de que se conociera este comunicado también habló de Dante Simón, el cura que estuvo en nuestra provincia para iniciar la investigación eclesiástica ordenada por el vaticano en mayo del 2017.
El sacerdote intervino como vicario judicial, junto a Juan Martínez, hasta julio del 2017 y emitió un informe para el Vaticano donde asegura qué recomendó “que los dos sacerdotes fueran dimitidos del estado clerical”.
También habló al arzobispo emérito de La Plata, Héctor Aguer, quien dijo conocer muy bien el Instituto Próvolo y advirtió que en la sede bonaerense no ocurrieron abusos.
Sin embargo, a partir de la investigación en nuestra provincia, se inició también en La Plata a partir de 7 denuncias por abuso. De hecho, al día de la fecha el cura Nicola Corradi está imputado por abuso sexual y la fiscal que interviene, Cecilia Corfield, ha solicitado su traslado a La Plata.
La sentencia del juicio central del caso Próvolo llegó hasta Verona, Italia. Allí las víctimas del cura Nicola Corradi siguió de cerca el veredicto.
Uno de ellos, Gianni Bisoli, tiene 61 años y es uno de los ex alumnos del Instituto Antonio Próvolo de Verona que denunció al sacerdote Nicola Corradi por abusos y maltratos entre 1960 y 1970.
Sin embargo, el proceso quedó nulo y la red de sobrevivientes de abusos sexuales de argentina, junto con su par en Italia, denunciaron que las autoridades eclesiásticas alteraron documentación clave referida a fechas evitando que se llegara a juicio.