Inglaterra

Por una reacción que le causó el tampón se le cayó toda la piel

La joven de 18 años estuvo al borde de la muerte luego de usar el producto de higiene femenina.

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Redacción ElNueve.com
19 de mayo de 2018 | 14:48

Se trata de Jessica Read, de 18 años, oriunda de la ciudad inglesa de Frogmore, Hertfordshire, quien creyó que los síntomas que presentaba eran producto de una insolación pero resultó ser un shock tóxico ocasionado por un tampón.

Todo comenzó un día caluroso en junio del año pasado cuando comenzó a sentirse mal y mareada. Una vez que terminó su último examen en la Academia de Ciencia de Marlborough decidió ir a tomar sol con sus amigas para despejarse.

Luego, presentó un leve dolor de cabeza pero decidió que nada se interpondría en la escapada de fin de semana que tenía planeada a Ámsterdam con sus compañeras. "Lo habíamos pensado durante meses como una celebración de fin de año y estaba muy emocionada", detalló la adolescente.

Cuando Jessica iba camino al trabajo, los síntomas empeoraron considerablemente. "Llegué a casa con náuseas y casi me desmayo por el fuerte dolor de cabeza, pero lo consideré parte de la insolación", explicó.

La joven había pasado mucho tiempo bajo el sol ese día y cuando su mama Karina vio los síntomas, también creyó que era una insolación y le sugirió una ducha fría y paracetamol.

"Pasé todo el viernes en la cama intentando dormir pero estuve toda la noche despierta y temblando. Cuando desperté, estaba toda transpirada. Luego comencé a sufrir diarrea y vómitos, a pesar de no haber comido. Me sentía terrible", confesó.

Una vez que volvió de viaje, comenzó lo peor. En el cumpleaños 51 de su papá, Mark, se desmayó en el baño y perdió todo el control sobre sus funciones corporales. Trató de llamar a su mamá, pero estaba tan débil que no pudo emitir ningún sonido.

Afortunadamente, su mamá escuchó el golpe cuando cayó desplomada y llamó a una ambulancia que la trasladó inmediatamente a un hospital donde los médicos le realizaron múltiples pruebas.

Los profesionales le comunicaron a sus padres que solo tenía un 30% de probabilidades de vivir. De repente, mientras su abuela rezaba junto a ella, un médico apareció en escena y le preguntó si alguna vez había usado tampones. "Sí, llevo usando tampones durante algunos años", respondió.

Luego de realizarle un análisis complementario, le comunicaron que tenía el síndrome de shock tóxico. "Es causado por una acumulación de bacterias dentro del cuerpo y casi con certeza se contrajo a través del uso de tampones", explicaron los médicos.

Jessica nunca había escuchado hablar del síndrome y no comprendía como unos simples tampones la habían dejado al borde de la muerte y con la piel destruida; se le salía y la fue cambiando como las serpientes.

Afortunadamente, una vez encontrada la causa de los síntomas, inició un largo camino hacia la recuperación. Una semana después de estar internada, le dieron el alta del hospital y le ordenaron descansar durante los siguientes dos meses.

"Me perdí más de un mes de clases mientras el resto de mis amigos se preparaban para el fin de año y finalmente me forzaron a abandonar uno de mis cursos de gobierno y política, y continué solo con Psicología y Educación Física", concluyó.

Fuente: Crónica

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