Con los primeros días de calor, los mosquitos comienzan a zumbar por el aire de Mendoza y comienza la temporada de picaduras. Pero no todas las personas lo sufren por igual. Es claro que hay algunas personas que reciben un ataque indiscriminado mientras otras pasan por un una nube de mosquitos sin recibir ni una picadura.
Pero esto no es casualidad. Resulta que un 20% de las personas son especialmente deliciosas para los mosquitos y las pican de manera constante.
Y aunque no existe una cura para prevenir las picaduras, ni repelente de insectos que sea 100% efectivo (de hecho muchos se han vuelto inmunes), pero sí han podido determinar algunos factores que hacen que los mosquitos se sientan más atraídos por algunas personas por sobre otras.
Este dato no debería sorprendernos, ya que, después de todo, los mosquitos nos pican para recolectar proteínas de nuestra sangre y una investigación mostró que ciertos tipos de sangre son más apetitosos que otros.
Pues los mosquitos prefieren a las personas con sangre tipo O casi dos veces más que aquellos con sangre tipo B. Además, aproximadamente el 85% de las personas secretan una señal química a través de su piel que indica qué tipo de sangre tienen, y los mosquitos son más atraídos por los secretores que por los no secretores, independientemente de qué tipo de sangre sean.
Una de las formas en que los mosquitos ubican a sus blancos es al oler el dióxido de carbono emitido en su respiración: usan un órgano llamado palpador maxilar y pueden detectar el dióxido de carbono desde una distancia de hasta 49 metros. Como resultado, se ha demostrado que las personas que simplemente exhalan más dióxido de carbono a lo largo del tiempo (generalmente personas altas), atraen más mosquitos que otros. Esta es una de las razones por las que los niños son menos picados que los adultos, en general.
Además del dióxido de carbono, los mosquitos encuentran a sus víctimas en al oler el ácido láctico, el ácido úrico, el amoníaco y otras sustancias expulsadas a través del sudor, así como también son atraídos por personas con temperaturas corporales más altas.
Debido a que el ejercicio vigoroso aumenta la acumulación de ácido láctico y el calor en su cuerpo, es probable que los insectos detecten más rápidamente a quienes hacen deporte. Sumado a esto, los factores genéticos influyen en la cantidad de ácido úrico y otras sustancias emitidas naturalmente por cada persona, lo que hace que sean más fáciles de encontrar por los mosquitos.
Otra investigación ha sugerido que los tipos y volúmenes particulares de bacterias que viven naturalmente en la piel humana, afectan nuestro atractivo para los mosquitos. En 2011, un grupo de científicos descubrió que tener grandes cantidades de algunos tipos de bacterias hacía que la piel fuera más atractiva para los mosquitos. Sin embargo, sorprendentemente, tener muchas bacterias, pero tener una mayor diversidad de diferentes especies de bacterias parece hacer que la piel sea menos atractiva.
Esta también podría ser la razón por la cual los mosquitos son especialmente propensos a picar nuestros tobillos y pies: naturalmente tienen colonias de bacterias más robustas.
Un estudio descubrió que tomar una botella de cerveza puede hacerte más atractivo para los insectos. Aunque los investigadores sospechan que, como el consumo de alcohol aumenta la cantidad de etanol que se excreta en el sudor o aumenta la temperatura corporal, ninguna de estos dos factores tiene correlación con los ataques de los mosquitos. Esto hace que su afinidad para con los bebedores de cerveza sea un misterio.
En varios estudios diferentes se ha encontrado que las mujeres embarazadas presentan aproximadamente el doble de picaduras de mosquitos que otras, probablemente como resultado de la confluencia de dos factores: exhalan un 21% más de dióxido de carbono y en promedio tienen el cuerpo más cálido que las demás personas.
Este aspecto podría parecer absurdo, pero los mosquitos usan la visión (junto con el olor) para ubicar a los humanos, por lo que usar colores que se destaquen (negro, azul oscuro o rojo) puede hacer que sea más fácil encontrarlos, según explica James Day, médico entomólogo.
En general, se estima que los factores genéticos subyacentes representan el 85% de la variabilidad entre las personas en cuanto a su atractivo para los mosquitos, independientemente de si se expresa a través del tipo de sangre, el metabolismo u otros factores.
Algunos investigadores han comenzado a investigar estas razones por las cuales una minoría de personas rara vez atrae a los mosquitos, con la esperanza de crear la próxima generación de repelentes de insectos.
Utilizando la cromatografía para aislar los químicos específicos que emiten estas personas propensas a las picaduras, los científicos del laboratorio de Rothamsted del Reino Unido han descubierto que estos repelentes naturales tienden a excretar un puñado de sustancias que los mosquitos no parecen encontrar atractivas.
Eventualmente, la incorporación de estas moléculas en el repelente de insectos podría hacer posible que incluso una mujer embarazada de sangre tipo O, que haga ejercicio y que use una camisa negra, pudiera encontrar la fórmula que aleje a los mosquitos para siempre.
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