Psicología

¿Por qué la pasamos tan mal en el puerperio?

Es un proceso que le ocurre a todas las madres. Es un estado complejo, tanto fisiológica como psicológicamente. Tips y consejos para hacerlo más llevadero y alertas para saber cuándo preocuparse.

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Redacción ElNueve.com
5 de octubre de 2022 | 17:49

(Por Eva Rodríguez) 

¿QUÉ ES EL PUERPERIO?

El Puerperio es un MOMENTO, una ETAPA que le ocurre a las personas que se transforman en madres, las que han parido y las adoptivas también. Es un proceso que le ocurre al 100% de las mujeres y es NORMAL, no es una enfermedad y no tiene nada de malo.

Entonces, el puerperio es un ESTADO COMPLEJO: fisiológico, por ejemplo, hay una inundación de oxitocina que es la hormona que hace que te enamores perdidamente de tu bebé, que lo descifres y empatices con él. Pero también caen y se modifican las hormonas del embarazo, con lo cual hay mucho movimiento hormonal.

También es psicológico, la mujer retira toda su energía de otras cosas (como el trabajo, amistades, hobbies, su casa, su pareja) y la vuelca sobre el bebé, para hacerlo sobre-vivir. A ese bebé hay que descifrarlo, no es el bebé ideal que imaginamos que íbamos a parir. Es un bebé REAL, que llora, que a veces tiene un problema o una enfermedad, que tiene un temperamento personal y único y que nunca es como el bebé de mi amiga o de las
películas.

El puerperio es esta etapa donde bebé y mamá se conocen. Donde se forja esta identidad de “mamá” para la madre y donde el bebé comienza a forjar su identidad también. Como verán es, en parte, un proceso muy abstracto y simbólico.

Por eso es común que muchas veces quienes miran desde afuera este momento no entienden nada, no entienden que le pasa a esta señora. 

El puerperio humano es LARGO porque como somos el mamífero más complejo, con una gestación larguísima y que igualmente no alcanza, porque el bebé humano nace prematuro, nace completamente indefenso y terminará su gestación afuera de la panza, para esto ocurre el PUERPERIO.

El puerperio no son únicamente los 40 días despues del parto. Puede llegar a extenderse 2 años.

Lo normal, es que dure entre 6 meses y 2 años. Pero cada caso es único, a veces el puerperio se acelera porque la mamá tiene que volver a trabajar o se queda embarazada de nuevo. O a veces se retrasa por otros motivos.

Cuando el bebé humano comienza a comprender las funciones simbólicas humanas, el habla, comienza a practicar su bipedestación, va conquistando su independencia, va ingresando en la primera infancia. En ese momento puede ser que la mamá va saliendo del puerperio.

EMOCIONES COMUNES EN EL PUERPERIO

CADA MUJER puérpera ES ÚNICA y vive de manera diferente este periodo , pero hay características comunes:

+Ambivalencia afectiva. Esta es el principal estado por el que atravesarán las madres puerperas. Pensemoslo de la siguiente manera. Una mujer sana, tiene una vida que le gusta. Dentro de lo cual elige ser mamá. Pero la contradicción es que esa maternidad cambia completamente, al 100%, esa vida que le gustaba.

No se asusten, ese cambio es solo TEMPORARIO, son espacios que quedan momentáneamente suspedidos. Esos espacios perdidos, esa vida que ya no es como antes, esa vida que cambió, ese cuerpo que cambió, esos
tiempos que ya no tengo, son instancias que hace que duela. Y NO ESTÁ MAL. Tu identidad como persona, quien eras vos antes de la llegada de este bebé está cambiando, es normal que el cambio duela.

+Transparencia psíquica. En este momento donde estamos aprendiendo a alojar a nuestro bebé en nuestra mente ingresan al campo de juego fantasmas del pasado, el propio vínculo con tu mamá, dolores infantiles, miedos y faltas en tu propia crianza, la necesidad y carencia que podes tener de una mamá interna. La necesidad de ser vos cuidada.

Es un momento de vulnerabilidad psiquica, donde las cosas no resueltas que tienen que ver con tu niña interior, con tus carencias y tus faltas afectivas probablemente van a emerger. Esto es NORMALIDAD, esto que acabo de
decir no corresponde a una enfermad ni a una depresión.

+Cambios emocionales bruscos. Hay momentos de plenitud, de felicidad, donde una sonrisa de tu bebé te transporta a las nubes. Y hay  bajones también. Hay vacío y soledad. Además, el puerperio coincide con la caída del nivel hormonal que había sostenido el embarazo, con una caída del estado anímico de la madre y con la bajada de la leche.

+Frustración e impotencia. Muy subitamente, toda la responsabilidad del cuidado del bebé recae sobre la mamá. Socialmente además, se piensa que la mamá deben “poder solas” con su bebé, interpretar todas sus necesidades, saber qué hacer, mientras disfruta de todos los cambios que ocurren en su vida sin incomodarles ni un poquito. Socialmente no contenemos a las mamás y papás que pasan por el puerperio, les exigimos que estén iguales… pero como van a estar iguales si acaban de poner su mundo patas para arriba!

+Dolor físico. Le duelen los pechos llenos de leche (turgentes), arden los pezones y molestan los puntos de la episiotomía. Sangrado que continúa durante algunas semanas. Dolores por cesarea, puntos, etc.

+Cansancio y agotamiento. Producto del gran esfuerzo realizado en el parto, como así de las tantas horas sin dormir después del nacimiento de su bebé. Recordemos que habrán algunos bebés que duermen de corrido pero la gran mayoría de los bebés duermen a ritmo de bebé, es decir se despiertan cada 3 o 4 horas. Y madre mia, que agotamiento provoca este cambio de sueño.

+Sobrecogimiento y vulnerabilidad emocional. La puérpera vive en un estado de vulnerabilidad particular. Para poder cuidar el bebé, la mamá puerpera se identifica con el bebé, para entenderlo, para incorporarlo a su vida. Acaso no te pasó que no recordabas cuán indefensos eran los bebés y esto te enterneció hasta las lágrimas? La mamá se identifica y se vuelve indefensa, y necesita a alguien que la materna. Que no necesariamente tiene que ser su propia mamá, pero si que tiene que estar sostenida. No es bueno que la puerpera está sola. Pareja, amistades, suegra, familiares, todas estas personas ocuparán un rol crucial en este momento.

¿Cuándo preocuparse ante esta angustia?

Si los síntomas de tristeza y ansiedad se incrementan con el paso de los días en vez de ir atenuándose, si la mamá no logra recuperase del estrés vivido en los primeros tiempos, y permanece en un estado de abatimiento y sin fuerzas con el paso de los meses, puede ser una señal de una posible depresión posparto.


Las características principales de esta Depresión pueden ser:

• Llanto excesivo pasados los primeros tiempos posparto
• Sentimientos de incapacidad frente al bebé y los cuidados que necesita.
• Sentimientos acentuados de culpa frente a esa supuesta incapacidad, que permanecen en
el tiempo.
• Que las tareas de la casa y del bebé signifiquen un esfuerzo excesivo y mucha ansiedad

En casos más graves:

+Imposibilidad de satisfacer las necesidades del bebé, bloqueos y parálisis frente al bebé.
+Abandono de la propia persona, descuidos en la higiene, bienestar personal, mental.

+Pérdida del sentido vital, ganas de dormir y no despertar.
+Autolesiones o agresiones al bebé en casos graves.

No siempre es posible registrar estos sentimientos conscientemente, reconocer que se necesita ayuda provoca mucha vergüenza, una sensación de fracaso. Por eso es fundamental, ante todo, favorecer la creación de redes de apoyo, presencia y contención alrededor de la reciente mamá para poder cuidarla y sostenerla, para que a su vez ella pueda dedicarse al cuidado exclusivo de su bebé, que es quien más la necesita. Y que desmitifiquemos esta idea de la maternidad ideal y empecemos a hablar de la maternidad REAL.

TIPS Y CONSEJOS PRÁCTICOS:

  • Aceptar toda la ayuda disponible.
  • Dar participación al papá en el cuidado del bebé. El papá también tiene que internalizar a ese bebé en su mente, y el bebé al papá. Mientras mas espacios compartan, más se fortalece el bebé, porque comprende que su tribu es más grande y llena de recursos para cuidarlo. De esta manera también se amplían los espacio de independencia de mamá que también tendrá ganas y necesidad de ir recuperando sus espacios y vida.
  • Establecer prioridades, qué viene primero y qué cosas (como la limpieza) pueden esperar. Prioridad: descansar y cuidar al bebé.
  • Pedir ayuda con claridad, expresar exactamente qué necesitás que hagan los que están cerca tuyo (no tengas miedo a parecer exigente o insistente, es importante que estés tranquila!)
  • Descansar siempre que puedas!! tu cuerpo necesita regenerarse y reponerse. Dejar el bebé a cargo de alguien, delegar. O adaptar tu ritmo de descanso a las horas de sueño del bebé, cuando el duerme, vos dormís!
  • Conectarse con el bebé : Pasar mucho tiempo juntos, piel con piel, “entrar en fusión” es el antídoto natural para superar de a poco la tristeza que a veces se siente en esta etapa.
  • UPA Y TETA si es posible, es la manera ideal de lograr este maravilloso encuentro con el bebé, así como acunarlo, cantarle, y, fundamentalmente, sostenerlo a upa. 
  • Confiar en el propio sentido común: es normal recibir todo tipo de consejos de familiares y amigos, contradictorios entre si. Lo más importante es darle prioridad a la propia intuición y confiar en una misma y en el sentido común.
  • No exigirse sexualmente. No suponer que hay que retomar las relaciones sexuales antes de desearlo plenamente. En realidad, lo maravilloso de esta etapa es poder vivirla de otra manera, transformada en caricias o masajes, miradas, mimos verbales y gestos que puedan revitalizarla y a la vez dar a la mamá las energías para sostener emocionalmente a su bebé.
  • Buscar un pediatra durante el embarazo para poder contar con su ayuda en cuanto lleguen a su casa. El pediatra tendrá que ser accesible e infundir confianza en la mamá, estimulando su autoestima y logrando que la mamá logre realizar lo que a ella le parezca mejor, aunque se equivoque.
  • Tener en mente que "todo pasa", que el puerperio no es para siempre. Sería fantástico que, a pesar de todo lo mencionado, encuentre momentos en los que pueda disfrutar de tener a su bebé en brazos, acariciarlo, hablarle, cantarle, etc., momentos de felicidad que la maternidad brinda.

A TENER EN CUENTA 

EL PUERPERIO NO ES ENFERMEDAD, ES UNA ETAPA NORMAL. Estas sensaciones son esperables y normales en la medida que no impidan el cuidado adecuado del bebé y de una misma y se pueda tener un lugar y alguien con quien compartirlas y expresarse.

Es esperable sentirse así, puede suceder y quiero decirte que va a pasar. Que estos sentimientos no nos hacen menos madre o una mala madre para el bebé. Que a ser mamá y criar se aprende y lleva su tiempo.

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