#Sexualidad

Poliamor ¿te animarías a abrir tu pareja?

La gran pregunta de si "abrir", o no, una pareja parece recurrente pero necesaria en tiempos en los que muchos ponen en duda la monogamia. Cabe preguntarse si es una decisión sencilla de llevar a lo concreto para todo el mundo. Los aportes de los especialistas.

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Redacción ElNueve.com
4 de junio de 2021 | 11:31

Si bien los términos como "poliamor" y "pareja abierta" sonaron fuerte en las declaraciones que hiciera en su momento Florencia Peña, respecto a cómo vive su relación de pareja con Ramiro Ponce de León, en realidad no es algo nuevo. Tampoco el hecho de rever pactos que cada dupla amorosa asume, para enriquecer su vínculo desde lo sexual y afectivo.

"El poliamor para mí es cuando uno tiene una relación en la que abre el juego y se dice 'Tengamos algo más abierto'. Yo no creo en la monogamia ni en la exclusividad y cuando uno empieza a avanzar en la vida, hay un montón de cosas que te empiezan a pasar, y que cambian, y esto me pasó a mí". De esta manera defendía su postura Flor Peña.

Sin embargo, y aunque para muchos sea tentador probar el poliamor, ¿es una decisión que toda pareja toma de forma sencilla, del dicho al hecho?. Pareciera que nada es tan definitivo ni simple. Tiene que ver con la manera en que cada persona decide vivir y enriquecer su sexualidad en pareja.

Una decisión de a dos

El poliamor se define como la práctica de tener relaciones íntimas en simultáneo con más de una persona y con el conocimiento de todas. Estas relaciones son como cualquier relación monógama, tanto amorosas como sexuales y duraderas. Se suele definir como «no-monogamia consensual, ética y responsable. Ahora bien, ¿cómo sería de la teoría a la práctica?.

Según explica Jorge Domínguez, psicólogo, "migrar de la pareja monogámica al poliamor, no es sencillo más allá que uno pueda entender las ventajas de este nuevo modelo, o que mentalmente se piense que se podría adherir, y llevarlo adelante. ¿Por qué? Porque cuando uno va al campo de la acción aparecen sentimientos encontrados.

Esto tiene que ver concretamente con que los seres humanos internalizamos nuestra cultura y mandatos, y los transformamos en nuestras creencias. Estas últimas, desde la sombras, dirigen nuestro estado anímico.

Entonces aunque intelectualmente el modelo pudiera parecerme fantástico, a nivel emocional, puede ser que no pueda lidiar con el emergente que implicaría estar en una relación de pareja, donde podemos tener otros compañeros/as/es sexuales".

-¿Tenemos que ser 100% honestos si deseamos una pareja abierta? ¿Cómo se le plantea a la otra persona?

"Respecto al grado de honestidad que uno pudiera llegar a tener, a si está interesada/o en practicar el poliamor, hay toda una serie de implicancias que puede hacer que esto no sea tan sencillo. Por ejemplo, cómo queda la persona que lo propone, o cómo se siente esa persona ante la mirada de la otra u otro, que quizá se pregunte '¿por qué me está proponiendo esto?'. Sumado a la posibilidad de aparición de inseguridades del tipo: 'vos querés abrir la pareja porque no te soy suficiente'.

Es decir aparece esta idea de que los seres humanos son como productos de góndola, del estilo que 'si uno no me convence, me voy a otra góndola con mejor precio y agregados nuevos'.

Esta es la idea que solemos tener de las relaciones, y se vinculan fuertemente con esta visualización de relación de objeto para con el otro, como si fuera de nuestra pertenencia.

- Entonces ¿Hay un mejor modelo para adoptar?

No lo hay. Si bien las personas paradas del lado de la poligamia entienden que es un lugar al que hay que ir ya que sería desde su óptica una mirada evolucionada de las relaciones, lo cierto es que sólo es otro modo relacional que nos propone la cultura en los tiempos que corren. No es mejor ni peor que nada, sólo diferente. Es buena si la pareja que la adopta es feliz con tal decisión.

Lo que recomendaría es poder ser fiel a las propias creencias, emociones, saber cuáles son los límites que uno tiene al expresar el cariño de pareja, y sobre todo no mentirse nunca, por conformar a la otra persona. A veces sucede que uno de los dos quiere abrir la pareja a una vinculación más poliamorosa, y la otra persona siente que no puede,y a veces termina cediendo para no perder a su amor. Y aquí la reflexión: 'si en una relación amorosa, monogámica o de poliamor, tengo que traicionarme a mí mismo para quedarme en ella, qué tanto amor hay entonces en ese vínculo?.

- ¿El ideal sexual es entonces los que elegimos fuera de los madatos, y desde nosotros mismos con la pareja?

Muchos antropólogos sostienen que en un futuro, cada vez más vamos a migrar no sólo hacia relaciones poliamorosas, sino también a la bisexualidad, y hasta la pansexualidad (atracción sexual, romántica o emocional hacia otras personas independientemente de su sexo o identidad de género). Una cultura en movimiento, ofrece opciones en el lugar que cada uno se sienta a gusto.

Fuera mandatos

Según fundamenta Franchesca Gnecchi, diplomada en sexualidad "estoy a favor de que cada persona viva la sexualidad con su pareja de la manera que desee y sin mandato alguno que lo limite. En este sentido considero que la monogamia es un mandato, y cuando algo así existe hay que entender que somos seres libres para decidir si queremos vivir la pareja en forma monogámica o no, y que si la decisión que se toma nos hace felices desde nosotros, y con la pareja, entonces es la correcta. No importa cuál sea. Hay que escucharse.

-¿Cómo se logra?

Con la comunicación, que en la pareja es vital. Ya sea para experimentar, abrir o no la pareja, practicar otras formas sexuales, y rever los contratos a través de tiempo que teníamos en un principio como pareja, pero que con los años pueden reformularse. De esta manera podemos preguntarnos qué queremos, y qué no. Lo importante es que todo en el vínculo sea consensuado y transparente, y no vivir en una monogamia falsa, ahí está lo malo.

No creer en absolutos, ni en lo monogámico ni en tener mil personas en una relacion abierta, sino en lo que deseamos desde nosotros y con el otro, es lo que debe contar. Nadie puede decirte cómo vivir una vida sexual que te haga feliz, sólo vos con tu pareja podés decidir lo que los potencia y enriquece.

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