¿Modernización?

Críticas y malestar por la remodelación de la Casa de Gardel

El Gobierno de la Ciudad remodeló por completo la vivienda del cantor, modificando su fisonomía y retirando los muebles y objetos de época.

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Redacción ElNueve.com
28 de junio de 2017 | 12:58

El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires abrió las puertas del Museo de la Casa de Gardel el pasado 15 de junio, luego de 8 meses en los cuales permaneció cerrado debido a las reformas que realizaron.

Para el organismo fue una puesta en valor del edificio con una nueva propuesta curatorial desplegada en cuatro salas permanentes y una dedicada a exposiciones temporarias.

Pero desde febrero pasado comenzaron a levantarse las voces en contra de la remodelación. Diario Clarín contaba que el 17 de ese mes se realizó una protesta en la puerta del lugar. Sin embargo, el Gobierno de la Ciudad hizo caso omiso a estas protestas y modificó la fisonomía de la casa, ubicada en Jean Jaures 735, en el barrio del Abasto.

Ahora, la protesta se instaló en las redes sociales:

La casa es una típica "casa chorizo" con un frente revocado con piedra París, y puertas originalmente marrones. Sin embargo, al iniciar las obras, el frente se pintó de blanco, y la puerta y los marcos de las ventanas de verde, lo que generó un descontento entre agrupaciones de gardelianos.

Así era la entrada de la casa

Así se está ahora:

“Nada de lo que hicieron coincide con la fachada arquitectónica original, es un edificio histórico a nivel mundial y lo están arruinando”, señaló durante la manifestación Walter Santoro, presidente de la Fundación de Industrias Culturales. Y destacó que los cambios drásticos en la histórica casa no sólo se realizaron en la fachada sino también en su patio interno, donde incluso se cambiaron los pisos originales.

Santoro decía en febrero: “hay que tratar de mantener la originalidad de la casa porque tiene una importancia histórica inédita, y no queremos que se convierta en una casa común". No sólo eso, también insistió: "Durante los últimos meses albañiles sacaron todos los pisos originales del patio y los regalaron, yo guardé dos mosaicos como recuerdo”.

La protesta fue acompañada por una colecta de firmas que ya lleva más de 3.000 adhesiones de vecinos y admiradores de Gardel. Con ese documento se le exigía al gobierno porteño que detuviera las obras de remodelación y que preservara la casa del popular cantante rioplatense.

La casa tiene una cronología importante. En 1927 la adquirió Gardel para su madre, Berta Gardés, y allí vivieron hasta 1933, año en el que el artista dejó Buenos Aires para irse a Francia. Cuando murió en un accidente de avión, llevaba un brazalete en la muñeca con la inscripción "Carlos Gardel, Jean Jaurés 735, Buenos Aires", un elemento indiscutible de la importancia de la casa para la estrella del tango.

Allí vivía Gardel transitoriamente, en general, cuando volvía al país de sus viajes. "Gardel se hizo sólo y esa casa es parte de su historia de vida, de ahí surge el valor sentimental de la propiedad, algo que todos los turistas del mundo quieren ver cuando la visitan: cómo vivía el artista en ese momento. Por eso, es una pena que se destruya el último espacio que queda de él en Buenos Aires", enfatizó Santoro.

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