Los países, en su mayoría, no reconocen legalmente el género no binario. En Argentina –desde el 2012- rige la Ley de Identidad de Género que reconoce el derecho de todas las personas a recibir un trato acorde a su identidad y a ser identificadas de ese modo en los instrumentos que la acrediten. Aunque es recién en julio del 2021 que se estableció el DNI no binario, situación que causó controversias y polémicas en la sociedad.
Caro Gero fue la primera persona sin sexo definido de la provincia en recibir su documento, y estuvo presente en el debate manifestando su postura: “Che, pero no encajo en ninguno de los dos, y realmente es mi vivencia de identidad esto que me está pasando. No es este casillero y sí o sí tengo que entrar. No, soy una persona, me identifico de esta forma y me gusta vestirme y representarme con el lenguaje inclusivo, con los pronombres neutros. Existimos”.
Pero no fue el único testimonio de la noche, Ángel María Ponce era azafata cuando solicitó que su nombre no binario fuera puesto en su legajo, a partir de ese momento su vida dio un giro de 180 grados: no solo perdió su trabajo sino que comenzó a sufrir acosos laborales y sexuales por parte de sus compañeros. “Hace dos años que descubrí, dijera mi mamá, que no soy ni sirena ni pez. En mi empresa me exigían actitudes masculinas. En realidad querían que fuera un transformista. Me mandaron a un psiquiatra”.
Su reclamo es simple: derecho a existir. El reconocimiento y poder enunciarse es la principal lucha en los espacios que habitan.
Con Goga Yuffri de mediador, se sumaron también: Belén Ciancio -investigadora del CONICET- y Gul Ferster, activista no binaria.
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