La tarde de este jueves, la Justicia de Mendoza condenó a la pena de prisión perpetua a la policía Claudia Marina Pérez por el asesinato de su colega Nidia Ángulo. La acusada reconoció la autoría del crimen y fue juzgada en un juicio abreviado.
La calificación fue por homicidio agravado por alevosía, por el vínculo transversal en concurso ideal agravado por el uso de arma de fuego.
El asesinato ocurrió la madrugada del viernes 18 de febrero en la subcomisaría El Sauce de Guaymallén, donde Angulo estaba prestando servicios.
A eso de las cinco, dos policías que estaban en el lugar salieron por un llamado y ella se quedó descansando en una habitación. Luego regresaron, pero la dejaron que siguiera durmiendo. Cuando los superiores llegaron, cerca de las 7, fueron a despertarla y la encontraron ensangrentada.
En un principio pensaron que estaban frente a un suicidio, pero el arma reglamentaria no estaba en la habitación. Por eso, la investigación se inclinó por un homicidio.
Con el correr de las horas, fue la propia familia de Pérez la que entregó el arma de Angulo a la Policía, aunque no revelaron dónde la tenía escondida.
A eso se sumó un dato clave que la pareja de la víctima fatal le acercó a la Policía. Era un mensaje de Whatsapp hacia él de Pérez, su ex novia, que le decía "A esa la volvés a ver en un cajón".
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