El avance de las urbanizaciones sobre zonas naturales, la contaminación del aire y de las aguas costeras, la deforestación, la destrucción de humedales, la introducción masiva de especies exóticas invasoras amenazan la biodiversidad local y el hábitat de la fauna autóctona. De esta manera, las poblaciones de plantas y animales han disminuido en número y en extensión geográfica.
Sin embargo, en todos los ámbitos, se refleja un cambio de paradigma y el paisajismo se sumerge entonces en la tendencia de la sostenibilidad en los procesos de diseño y en la selección del material vegetal para recrear el hábitat original. Este movimiento promueve, entre otras cosas, que se incluyan especies autóctonas para fomentar la biodiversidad.
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