“No quiero ser más tu amigo”: ¿Qué pasa si te enamorás ?

“No quiero ser más tu amigo”, cantaba desde los 90 César “Banana” Pueyrredón, una canción que le sirvió a más de una/o para dar el gran salto: decirle a esa otra persona que era su amiga, que ya no la miraba ni sentía de la misma forma. ¿Qué hacer en estos casos? ¿Se blanquea el sentimiento con las consecuencias que conlleve?

Fórmulas claramente no hay. Y menos en cuanto a emociones se refiere. Jorge Omar Domínguez, psicólogo sostiene: “desde mi opinión, en estos casos aparece una especie de dilema centrado en no querer perder nada y tener todo. Es decir ‘me gustaría ser tu amigo’, pero además me gustás, quisiera que fueras mi novio/a, pero a la vez no quiero perder tu amistad si no funciona’”.

-¿Y qué hacemos si eso nos sucede?

“La decisión debe tomarse con base en aceptar la pérdida, en función de clarificar cada quien por sí mismo, con una actitud de autorreflexión sobre qué tan auténtico puede llegar a ser un vínculo de amistad si en realidad a una de las partes, le pasan cosas por dentro que tienen que ver con sentimientos amorosos y eróticos, que excluiría el vínculo sexual”.

Vale decir que si decimos ser amigos/as de alguien, pero todo el tiempo alimentamos fantasías de tener algo con la otra persona, estaríamos según explica el profesional en el  denominado:“círculo sufriente”.

-¿Qué significa un vínculo sufriente?

“Que todo lo que ocurre con la otra persona palidece ante la propia fantasía de que eso que tengo debería ser de una manera que no es, que sería estar una relación sentimental. Hoy hay una mayor flexibilidad afortunadamente en la percepción de los vínculos y la nominación de tal temática. Es decir existen muchas personas que tienen relaciones de amistad, que incluyen un vínculo sexual. Algo que mantienen en buenos términos porque no sienten que eso pueda virar a una relación de pareja, o de noviazgo. Saben que el otro es excelente amigo/a, tienen buen sexo, pero coinciden en no querer ser pareja.

-¿Qué tendría que poner en la balanza el que se enamoró del amigo/a?

Preguntarse qué tan sincera es esa amistad, qué tanto sufre por no estar de otra manera con esa persona, y cuestionarse si la pérdida que imagina (en caso de  jugársela) sería tan real en la medida en que ese vínculo de amistad es básicamente como la situación de un niño en una caramelería, que quiere todo y no tiene nada. Entonces no es un vínculo de amistad sincera, sino un vínculo sufriente en el que se está todo el tiempo detrás de la vidriera viendo aquello que pareciera, nunca se va a alcanzar”.

“Cuentas claras, conservan la amistad”

Un dicho que aplica a todo incluyendo el sexo entre amigos. “¿Si tengo sexo, puedo seguir siendo amiga/o de la otra persona, o todo cambia?. Una pregunta que suele pasar por la cabeza de muchos/as (no todos, ya que hay amigos que tienen sexo sin involucrarse sentimentalmente). Pero es claro que no hay una sola respuesta, ya que las mismas dependerán de cada persona y pactos que tenga esa amistad. Como apunta el psicólogo y sexólogo Germán Gregorio Morassutti “cuando hablamos de amistad o relación de pareja, hablamos de vínculos emocionales entre personas. En todo vínculo, no es que existen ‘cosas permitidas y prohibidas’. Cada relación uno la diseña de la manera que mejor resulte y funcione con la otra persona involucrada”.

-¿Es decir cada persona forjará el tipo de relación que desee con la otra, y  que haga feliz a ambas?

Así es. Está permitido cualquier cosa que se incluya dentro de ese vínculo, siempre y cuando sea algo que se haya podido hablar con el otro, siendo claros y habiendo charlado con suficiente tiempo de lo que se espera o desea, estableciendo normas y reglas que tiene ese vínculo particular, pudiendo analizar todas las opciones.

La sexualidad es algo que está solamente en algunas personas que son amigas, en otras sólo se piensa y vincula a las relaciones de pareja”.

-¿Vale decir que hablar y ser claros a la hora de tener sexo en una amistad, es clave?

“Tal cual. De lo contrario surgen los conflictos. Hablar qué pasaría si se tiene sexo en temas  como exclusividad, celos, si van a ser una pareja abierta o cerrada, lo que se espera (o no) del otro, y ni hablar si hay sentimientos amorosos por parte de uno de los amigos, es fundamental. Hay muchas variables que se pueden dar en amistades que incluyan sexo. Lo importante es ser claros, la buena comunicación con el otro, establecer encuadres y límites de esa relación y qué reglas respetarán ambos. Muchas parejas empezaron siendo amigos, que se permitían tener sexo, y otras a las que eso no les pasó, hay diversidad de variables. Ser honestos y claros a la hora de tener sexo con la persona amiga, respecto a parejas, s, exclusividad y sentimientos (si lo hay) es la clave”.