Joaquín Levinton empezó tímidamente sin saber mucho de cocina, pero con trabajo y algo de estudio, fue pasando de gala en gala sorprendiendo a más de uno dentro y fuera del certamen, pero este domingo, una torta imposible lo sacó del certamen.
La gala de eliminación de este domingo fue durísima. Los participantes tenían que hacer una torta imposible: una Saint Honoré. ¿Qué? sí sí, una preparación dulce que rinde homenaje al santo de los panaderos y pasteleros.
Con varios problemas en la preparación y ejecución de las mil recetas que tenían que hacer, la prueba pudo con Joaquín y chau Levinton. Con preguntas como "¿puedo volver el lunes?" o "¿ya no vuelvo más?" quedó claro que Joaquín no se quería ir.
La despedida fue entre graciosa y tierna. El jurado tuvo amorosas palabras para el músico y le destacaron el humor y la creatividad. "Pusiste los mejores nombres de platos que hemos tenido nunca jamás en nuestra competencia" reconoció Martitegui.
Fiel a su estilo, el participante dejó el programa con una "picante" confesión: "No era yo el que cocinaba" y así fue como "sacó de la galera" a la rata Miguel.
A la rata Miguel la conocimos en uno de los primeros programas, junto al pescado Raúl (el momento más gracioso de Joaquín en todo el certamen). ¿Te acordás?. Le preguntaron cómo se llamaba el pescado que había cocinado y el músico, muy suelto de cuerpo, respondió "Raúl".
Después vendría "El pollito Pío" y una catarata de platos muy originales con los que conquistó al jurado y otros con los que no conquistó a nadie.
Cómo olvidar el día que Tití se sacó con Joaquín en una prueba en parejas.
Y cuando Malena jugó la carta de la venganza y le devolvió la gentileza a un Levinton malísimo:
Y como el meme de los Simpsons, con la ida de Joaquín se va, tal vez, el mejor participante que tuvo el certamen.
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