La mediática Natacha Jaitt decidió solicitarse a la Justicia que intervenga en un caso de violencia de Género de la manera más inusual. Se bañó con sangre artificial y se dirigió a los Tribunales bonaerenses de Lavalle en donde señaló ante las cámaras de Crónica TV que "las mujeres no estamos protegidas de nada".
La conductora fue a la justicia acompañada de su hermano, Ulises Jaitt. La conductora radial quiso demostrar que así puede quedar una mujer si no se actúa rápido en los casos de violencia de género.
Con ese atuendo, la mujer declaró que su ex violó una perimetral: "No está detenido, hay testigos oculares, me intoxicó, me quiso matar veinte veces, me ahorcó, declaró el médico, todos, ¿qué más quieren? olvídense que soy Natacha. Hace un tiempo acá vi a una mujer denunciando y al mes estaba el afiche de ella muerta acá pegado".
"Acá estámos, no pasa nada. El 'Ni una menos' es una mentira, no sirve de nada. Vivo encerrada en vez de estar encerrado el hijo de puta de Luis Mauro Montes, que vive en Mataderos", agregó en medio de una crisis de nervios y mientras esperaba ser atendida por la Justicia.
"Ustedes con su sueldo pagan al Estado para que me de veinte policías para protegerme de un tipo que tendría que estar preso", dijo hablando directamente a la cámara.
Indignada, Natacha corrió el eje del problema y aseguró que su situación excedía la cuestión de género y aseguró que Argentina es un país "muy injusto donde los delincuentes, asesinos y violadores tienen más derechos que las víctimas".
En declaraciones a Crónica dijo que estuvieron cinco años en pareja y que los golpes comenzaron en los últimos dos, luego de que ella comenzara a investigar sus antecedentes y descubriera que él había estado metido en el narcotráfico: "Estuvo preso, y yo no soy Mónica Farro y no expongo a mi familia. Ahí empezaron los ataques y los golpes, a escondidas de mi familia".
Desesperada ingresó al juzgado pero volvió a los pocos minutos y aseguró que nadie la recibió.
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