Carlos Saúl Menem falleció el 14 de febrero. Marcó la vida política argentina. Ocupó la presidencia de la nación durante diez años, pero además fue gobernador y legislador nacional. Las medidas que tomó durante su gobierno tuvieron y fuerte impacto en la situación económica y social del país.
Aún hoy sus políticas siguen gravitando en la realidad de la argentina.
Con la muerte de Carlos Menem, concluye la historia de uno de los políticos que marcaron con más fuerza la historia de la argentina en el último medio siglo.
Desde La Rioja, donde fue dos veces gobernador, Menem comenzó a construir su sueño de llegar a la presidencia de la nación.
En una Argentina que padecía la hiperinflación de los últimos meses de la presidencia de Alfonsín, Menem alzó su discurso con la promesa de la revolución productiva, el salariazo y la estabilidad económica. Y casi como una plegaria, se alzó su eslogan de campaña… ”siganmé que no los voy a defraudar”.
Luego de la victoria sobre el cordobés, César Angeloz, asumió su primera presidencia seis meses antes, el 8 de julio de 1989.
Rápidamente comenzó un proceso de transformación del estado, con el objetivo de achicar el gasto público, para equilibrar el déficit y combatir la inflación.
En agosto de ese año, se realizó el anuncio de la privatización de sectores claves para el estado nacional, entre los que estaban los trenes, teléfonos, canales de televisión, aerolíneas argentinas, el sistema jubilatorio, gas del estado e YPF
Pero no sólo la economía era el centro de la polémica en el comienzo de su gobierno. En 1989 y en 1990 decretó los indultos a militares que cometieron crímenes durante la dictadura, incluyendo a los miembros de las juntas condenados en el juicio a las juntas de 1985.
En 1991 llegó otro de los hitos, que generarían un profundo cambio en la vida económica y social del país. Cavallo ya era ministro de economía y anunció la implementación de la convertibilidad, que igualaba el valor del peso al del dólar.
Argentina entró en una etapa de reactivación del consumo, por la apertura del comercio y la facilidad para viajar y adquirir productos importados. Una nueva plata dulce, marcada por el “deme dos” en Miami.
Pero este proceso también generó una profunda crisis en el sector industrial y productivo y un aumento en la desocupación que se profundizó año a año, durante todos sus años de su gobierno.
En poco más de dos años, argentina sufrió el doble golpe del terrorismo, con los atentados a la embajada de Israel y a la AMIA. Más de cien víctimas fatales entre ambos episodios y a casi veinte años de los ataques, todavía siguen siendo impunes.
A medida que se avanzaba su presidencia, comenzó a darle forma a la idea de lograr la reelección. Para esto se reformó la constitución en el año 1994, luego de que firmara el pacto de olivos con el ex presidente Alfonsín.
A pesar de la muerte de su hijo, cuando cayó el helicóptero en el que viajaba en la localidad de Ramallo, encabezó la campaña presidencial, augurando nuevos triunfos para el país.
Así en 1995, luego de derrotar en las elecciones al exgobernador de Mendoza, José Octavio Bordón. En este segundo período la situación económica se fue agravando y comenzó a pasarle factura a la gestión.
Además, las continuas denuncias de corrupción fueron minando la confianza en su Gobierno. Durante toda su presidencia construyó una imagen que fue más allá de su envestidura, con polémicas presencia en programas de televisión, encuentros con celebridades internacionales, participación en eventos deportivos e incluso manejando una Ferrari, para llegar de Capital Federal a Mar del Plata en solo dos horas.
El final de su segunda presidencia estuvo marcado por la salida de Cavallo del gobierno. El padre de la convertibilidad dejaba su cargo enfrentado con el propio Menem, que sin embargo ratificaba el vínculo peso-dólar..
Luego de la victoria de De La Rúa, en 1999 debió enfrentar numerosos procesos judiciales: fue condenado por el pago de sobresueldos en su gobierno, la venta de un predio de Palermo a la Sociedad Rural y aún tiene pendiente la causa por la explosión de la fábrica de armas de río tercero, que se sospecha fue orquestada para ocultar la venta ilegal de armamento a Croacia y Ecuador.
A pesar de la situación judicial, su vida política no se frenó. Volvió a ser candidato presidencial en 2003, pero renunció al balotaje ante la inminente derrota frente a Kirchner.
En el 2005 llegó al congreso como senador nacional. Juró por última vez en el año 2017. Su imagen no ya era la de aquel caudillo de La Rioja, que 20 años antes recorría las provincias, prometiendo no defraudar a los argentinos y que marcaría a fuego la realidad social y económica del país.
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