Así está el Papa Francisco después de su internación: sorprendió a fieles en la Plaza de San Pedro

Así está el Papa Francisco después de su internación: sorprendió a fieles en la Plaza de San Pedro

Iglesia

El papa Francisco sorprendió con una visita informal a la basílica de San Pedro. Recorrió el lugar en silla de ruedas, saludó fieles y rezó ante la tumba de Pío X, en medio de su recuperación.

El papa Francisco sorprendió este jueves con una aparición inesperada en la basílica de San Pedro, donde se presentó vestido de manera informal, algo poco habitual para un pontífice. En medio de su proceso de recuperación tras una infección respiratoria, el Santo Padre recorrió el templo en silla de ruedas, usando un poncho oscuro, pantalones de vestir y una camiseta blanca, dejando de lado el tradicional hábito papal.

El sumo pontífice llegó cerca de las 13 (hora local) acompañado por su equipo médico, con cánulas de oxígeno aún visibles. Su presencia tomó por sorpresa a los fieles presentes, quienes se mostraron visiblemente emocionados ante el gesto cercano del Papa, que no dudó en detenerse a saludar y bendecir a niños y peregrinos que se acercaron a él.

Durante su paso por la basílica del Vaticano, Francisco se dirigió al sector donde se están llevando a cabo tareas de restauración en la zona de la Cátedra, en vísperas de su presentación oficial ante la prensa. Allí saludó y dialogó con los restauradores, a quienes felicitó por el trabajo realizado. Según informaron medios italianos como Ansa, el Papa preguntó cómo se vivía el día a día dentro del templo, especialmente en este contexto de gran afluencia por el Jubileo.

Posteriormente, el pontífice se dirigió a la tumba de Pío X, donde permaneció en oración durante unos minutos. Se trata de un lugar especial para Francisco, quien ha expresado en diversas ocasiones su admiración por ese papa y al que ya había visitado en jornadas anteriores.

La emoción fue generalizada entre los presentes. Algunos religiosos, como el monseñor Valerio Di Palma, reconocieron que el momento fue tan impactante que apenas pudieron registrar lo que ocurría. “Mi visión se nubló por las lágrimas, ni siquiera pude sacar una foto”, confesó el canónigo de San Pedro a medios vaticanos.