Desde hace tres años Alicia Burnowicz recorre con alguna de sus motos las rutas argentinas, cruzando límites. Sobre todo, los propios. Una pasión que descubrió a los 60 años, cuando se jubiló y al “ahora qué”, sobrevinieron una serie de viajes y desafíos que la pusieron sobre dos ruedas en pos de sus sueños.
Hasta el momento recorrió más de 65.000 kilómetros y va por mucho más. “Hay que hacer lo que uno desea, es la vida la que se nos va”, apunta.
- ¿Cómo nació esta pasión, en donde arrancó otra vida luego de la jubilación?
“Estaba justamente esperando jubilarme para poder viajar. Trabajé toda mi vida y me prometí en el momento de jubilarme, hacer aquello que anhelara. Si bien sigo trabajando en algunas cosas para poder financiar los viajes ya que con la jubilación no me alcanza, lo hago por elección y porque el motivo es nada más y nada menos que viajar”.
Alicia nació hace 63 años en Tigre, Buenos Aires, se recibió de Óptica y Contactología en la UBA y ejerció hasta que nacieron sus hijos, cuando se mudó a Bariloche. Allí se dedicó a las artesanías. En los primeros años en esa hermosa ciudad, realizaba senderismo en la montaña con un grupo. Esa era su pasión y hacerlo, sintió, que le devolvió el aire que necesitaba luego del trabajo. Pero, sus rodillas no la dejaron continuar. Pero la moto llegó para quedarse.
“La primera moto que tuve fue una chiquita y con la que realizaba vueltas por villa la Angostura, circuito chico, y luego invertí en una más grande con la que le tomé el gustito a los viajes largos y no paré más”, cuenta.
- ¿Tuviste miedo en algún momento por ser mujer, a verte expuesta a situaciones de inseguridad?
El día anterior a viajar estoy con mucha ansiedad y mariposas en la panza, pero luego me subo a la moto y me olvido porque que jamás tuve un contratiempo con nadie. Muy por el contrario, las personas son muy solidarias todo el tiempo.
- ¿Qué consejos le darías a alguien que quisiera viajar como vos?
Que vayan de a poco, que no se presionen y disfruten del proyecto. Poco a poco permite disfrutar más y mejor.
- ¿Qué te brindó este proyecto de vida nuevo?
Que cuando salgo de casa, cruzo el portón y me subo a la moto, tengo 20 años menos, estoy por cumplir 64 años, pero la sensación que me brinda esta experiencia es única. A las mujeres de mi edad, o más de 60 años, les digo que a veces el miedo nos paraliza, pero hay que vencerlo. No importa la edad para soñar, para reencontrarse cos lo sueños, para ser libres y felices. Tanto hombres y mujeres de más de 60 años, jubilados, en el momento de la vida en el que ya no hay que hacer más que vivir, les pido que se animen. A mi hoy me da miedo pensar en quedarme en mi casa, sin hacer nada. Es la vida la que se nos va”. Mirá la nota que el equipo de Cada Día le realizó.
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