Llevar un plato de comida a la mesa es todo un desafío. Tiene que ser nutritivo, rico y en lo posible económico. Te proponemos una opción que no falla.
En la cocina, donde se mezclan aromas y sabores, una receta se destaca por su capacidad de unir ingenio con amor. En la cocina, como en el arte, cada plato es una obra maestra que combina creatividad, pasión y técnica.
Desde los ingredientes hasta las técnicas que dan vida al plato final deben ser cuidados.
Pero cocinar no solo es un placer, sino también un compromiso: debe ser rico, accesible económicamente y nutritivo.
Por eso, aquí te dejamos una receta deliciosa y, dentro de todo, económica.
Pollo con papas en salsa de queso
Ingredientes:
1 Pollo (vas a usar las dos pechugas y los dos patamuslos) $8.000
500 g de papas $500
200 ml de crema de leche $2200
150 g de queso barra rallado $1500
2 dientes de ajo
2 cucharadas de aceite
1 cebolla grande
1 cucharada de maicena
Sal y pimienta al gusto
Perejil fresco para decorar
Paso a paso:
Preparación
1. Precalentar el horno a 200°C.
2.Lavar las papas y cortarlas en mitades o cuartos según el tamaño. Colocarlas en una bandeja de horno.
2. Mezclar el aceite con pimentón, sal y pimienta, provenzar y verter sobre las papas. Hornear durante 20 minutos.
3. Salpimentar el pollo y añadirlos a la bandeja, hornear todo junto 20 minutos más.
4. Mientras, en una sartén, calentar la crema de leche con ajo picado y el queso rallado. Mezclar la maicena con un poco de agua y añadir a la sartén para espesar la salsa.
6. Verter la salsa sobre el pollo y las papas y hornear 10 minutos más.
Decorar con perejil fresco antes de servir.
IMPORTANTÍSIMO:
En la cocina nada se tira, nada se desperdicia. Con lo que te sobró del pollo crudo: las alitas, el cogote y el rancho, podés hacer una una tarta. Herví eso que te quedó con hueso y todo. Una vez frío, desmenuzalo, sacale todo lo que sea carne.
En una sartén sofreí una cebolla y agregale dos zanahorias rallada. También podés agregarle acelga. Ahí mismo colocá el pollo desmenuzado. Condmentá y agregá una cucharada de maicena disuelta en una taza de leche. Revolvé hasta que se espese.
Apartá del fuego y dejá entibiar. Agregá dos huevos. Y ¡ya tenés el relleno para una tarta!