Un revuelo se generó este jueves en Algarrobo Grande, en Junín, cuando un estudiante del nivel secundario asistió como todos los días a la escuela, pero lo hizo con un revólver calibre 22, que tenía una bala en su cañón.
El alumno le mostró el arma a un compañero, lo que fue advertido por otros estudiantes que alertaron a las autoridades del colegio. Incluso, un alumno llamó a sus padres para comunicar lo que estaba pasando.
Las autoridades aclararon que en ningún momento el estudiante amenazó a sus compañeros o a los docentes, sino que se limitó a mostrar el arma a otro estudiante y, luego, la escondió detrás de un armario.
Inmediatamente, se activó el protocolo, se llamó al 911 y a la familia del menor, que debió prestar declaración en la fiscalía de Junín-Rivadavia para esclarecer los motivos por los cuales el estudiante tenía un arma en su poder y si la misma posee papeles o es de origen ilegal.
Por lo pronto, desde la DGE están trabajando para contener a la comunidad educativa.