Se agrava el robo de transformadores eléctricos. Desde una Cooperativa Rural decidieron instalarlos en altura, pero los delincuentes, lejos de cesar con los robos, ahora derriban las columnas de hormigón.
Acusan pérdidas millonarias no solo de las empresas sino también de los productores.
En aproximadamente una hora, los delincuentes se alzan con entre 60 y 70 kilos de cobre valuados a 3 mil pesos el kilo.
En eso consiste el robo de transformadores eléctricos.
Una práctica peligrosa, pero que en zonas rurales, se hace con total impunidad, de tal forma que pese a que se han decidido instalar a mayor altura, ahora derriban columnas de hormigón para lograr su cometido.
La problemática no es nueva. De hecho, Mendoza aprobó una ley para regular el mercado de compraventa y de esa forma desalentar el mercado negro. Sin embargo, desde las cooperativas rurales apuntan que ya no saben qué hacer contra los robos.
Las pérdidas son millonarias. En los últimos dos meses aumentó el precio del cobre y con ello los robos.
En lo que va del año llevan 30 sustracciones. Sin embargo, no solo son las empresas las que pierden, sino también los productores.